Miedo

El País
Rosa Montero

...Me consta, por la carta de X, por mi propia experiencia y porque lo he visto infinidad de veces en otras personas, que, para muchos de nosotros, el miedo es un enemigo íntimo con quien compartimos la existencia. Un miedo irracional, obsesivo, neurótico, que en realidad se origina en los verdaderos terrores del vivir, pero que nosotros colocamos en otro lado. Porque es cierto que la vida es frágil; que en cualquier momento puede ocurrirte una desgracia; que no controlamos nuestra realidad aunque creamos que sí; que al final nos morimos. Pero, cuando nos muerde el miedo, no suele ser por estos motivos de sobrado peso, sino por locuritas. Miedo a quedar mal. A que no te quieran. A hacer el ridículo. Miedo a que se demuestre que no vales lo suficiente, que no sabes, que no sirves, que eres una impostora (ay, el estúpido síndrome del impostor, padecido mayoritariamente por mujeres). Miedo a que te odien, exacerbado por la ponzoña de las redes. Pero también: a que te despidan, a que tu pareja te abandone, a que tu hijo se drogue. Y sí, resulta que a veces te despiden, y tu pareja te deja, y a tu hijo le suceden malas cosas. Pero lo enfermizo es temer todo esto mucho antes de que suceda, incluso cuando ni siquiera hay indicios de que pueda ocurrir. ¿Por qué destrozar nuestro presente feliz por el miedo a un futuro incierto?...
Pincha aquí para seguir leyendo