El amor eterno… ¿es científicamente posible?

Público
José Manuel Rey

Nuestra experiencia del amor tiene lugar entre lo biológico, lo social y lo cultural. El amor según los neurobiólogos tiene una base química, y lo que funciona químicamente suele tener una función biológica o evolutiva. La neurobiología dice que el amor es un impulso, una motivación.

En la naturaleza también existe el impulso amoroso, que tiene una función reproductora, pero en general no implica estar juntos de por vida. En cambio, los seres humanos occidentales sí creemos en general en el amor para siempre –está en nuestro ADN cultural–. Cuando nos enamoramos de verdad queremos y confiamos –tenemos ya la idea a priori– que sea para siempre...
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