Tendiendo puentes: en la Biblioteca de Alejandría

Jot Down
Guadalupe Arbona

26 de diciembre de 2018. Un grupo de europeos entra en la espléndida Biblioteca de Alejandría. Un edificio imponente y moderno que se abre hacia la cornisa del Mediterráneo a la que va a morir el Nilo, después de haber recorrido miles de kilómetros de suelo africano. La biblioteca se levanta con la forma de una plaza redonda enorme que se deja caer, inclinada hacia el mar por el norte, y se abre hacia el cielo en toda su superficie, cosa que permite que el sol entre en las salas iluminando los cientos de puestos de lectura. Se ha construido como un proyecto ambicioso para recoger y hacer memoria del polo cultural y de encuentro que fue en los siglos de su esplendor (III a C. hasta el III d C.) y que, lamentablemente, fue destruida. Aquí se tradujo por primera vez la Biblia al griego, la lengua que entonces permitía la comunicación entre comunidades culturales y lingüísticas diferentes. Lo hicieron setenta sabios que trabajaron juntos. Se abría la cultura judía a la sabiduría griega.
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