China: una pequeña gran grieta en la esfera

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Fernando de Haro

Se equivocan los que critican el acuerdo de Pekín con el Vaticano al estimar que Roma ha cedido demasiado. Es justo lo contrario: una victoria en toda regla en el corazón del nuevo emperador. La China que ha firmado con la Santa Sede un acuerdo para la designación de los obispos es una China abiertamente expansiva. Xi Jinping ha hecho de ella un imperio que no se esconde, ha recuperado el control absoluto del partido y del Gobierno como lo tenía Mao. Y el presidente plenipotenciario ya no oculta sus intenciones de una hegemonía mundial, como sí la ocultaron sus predecesores...
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