Viaje al Parnaso

El País
Javier Cercas

...Lepanto resulta ser un pueblecito marinero con una fortaleza y una estatua de Cervantes que en realidad representa a don Quijote. Frente a sus costas tuvo lugar el combate, el 7 de octubre de 1571. Aquel día Cervantes tenía tanta fiebre que sus mandos le pidieron que se quedara en la bodega de su nave, porque no estaba en condiciones de luchar; Cervantes, recién cumplidos 24 años, se negó en redondo: según varios testimonios, alegó, “muy enojado”, que “más quería morir peleando que no meterse bajo cubierta” y pidió a su capitán que le “pusiese en la parte y lugar que fuese más peligrosa y que allí estaría y moriría peleando”. ¡Qué loco!, se dirá. ¡A punto estuvo ese insensato de inmolarse en aquella carnicería y de privarnos no sólo de la mejor novela jamás escrita, sino de la novela moderna, lo que hubiera hecho de este mundo un lugar mucho peor! Es verdad. Pero también es verdad que, si Cervantes no hubiera sido en su juventud un loco capaz de morir por sus ideales, en su vejez nunca hubiera podido escribir el Quijote: al fin y al cabo, una de las cosas que dice ese libro infinito es que un hombre siempre tiene que estar dispuesto a jugárselo todo por las cosas en las que cree, aunque haga el más absoluto de los ridículos, aunque el mundo entero se ría de él tanto como seguimos riéndonos de don Quijote...
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