Viernes, sábado y...

El Mundo
Ferrán Caballero

Hay demasiados ateos que se cuando más se enfadan es cuando menos deberían. Se molestan cada año en estas mismas fechas por levantás y procesiones, por banderas a media asta e incluso por el ayuno y la abstinencia ajenos, y lo hacen sin darse cuenta de que estos son, en realidad, los días más ateos del año. Porque en estos días hasta el más creyente recuerda que Dios abandonó a su hijo y con él a todos nosotros. Que aquél "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" es el lamento más ateo del cristiano y podría ser el más cristiano del ateo, si todavía en nuestra era fuese posible sentir la falta de Dios como una falta. Porque, como decía Chesterton, en estos días incluso Dios parece haberse hecho ateo...
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