La caridad de Mañara

El Semanal
Carlos Herrera

Miguel Mañara, el rico heredero de una familia de origen corso que hizo su fortuna en los trámites de diversos comercios, tuvo una intensa relación con la muerte. Con apenas veinte años habían muerto siete de sus hermanos mayores y, al poco, fallecía su joven esposa en aquella Sevilla de la peste que ahora recrea con su reconocida maestría el gran Alberto Rodríguez en una corta serie que pronto veremos en todo tipo de pantallas. Ello le hizo abandonar una vida un tanto disoluta y altiva, dicen, y confiar su vida a la Hermandad de la Santa Caridad, que por aquel entonces –mediados del XVII– dedicaba sus esfuerzos y bienes en dar sepultura a los muchos muertos que arrastraba el río o que perecían en la espantosa realidad de las calles de la época, ya que, aunque Sevilla fuera entonces la capital del mundo, las desgracias eran abundantes...
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