Amigos del pueblo, gracias a su fe

Alfa y Omega
José Luis Restán

Desde que el régimen comunista expulsara a todos los sacerdotes y obispos extranjeros en 1951, las fuentes oficiales chinas han acusado siempre a los misioneros católicos de haber formado parte de una «quinta columna» del imperialismo occidental. Esta agresividad tuvo su culmen en octubre de 2000, cuando Juan Pablo II procedió a la canonización de 120 mártires chinos, hecho que irritó profundamente al gobierno de Pekín, más aún por coincidir la fecha de la ceremonia con la fiesta nacional de la República Popular. Por todo ello no deja de sorprender que la Academia de las Ciencias Sociales, el mayor centro de investigación histórica y social de la República Popular China, haya rendido homenaje recientemente, y por primera vez, a un grupo de misioneros católicos protagonistas de la denominada «Masacre de la iglesia de Zhending».
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