Apagando fuegos

El País
Rosa Montero

Hartos de llevar siglos matándonos los unos a los otros, decidimos cambiar nuestro destino feroz y darle la mano al oponente. Ahora algunos que no vivieron aquello critican frívolamente lo conseguido; lo cierto es que teníamos todas las papeletas para sumirnos en una carnicería como la de Yugoslavia, pero esa actitud conciliadora nos permitió salir de nuestra anomalía política y desarrollar una democracia que hoy es lo suficientemente fuerte como para proponer, por ejemplo, la derogación de la Ley de Amnistía de 1977. Fue un momento de gracia de nuestra historia...
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