Wael Farouq: «Los mártires cristianos son un testimonio de fe para mí»

Alfa y Omega
Ignacio Santa María

Conversar con Wael Farouq (Egipto, 1974) provoca un efecto inmediato en el interlocutor: los esquemas que uno tiene bien asentados en la cabeza comienzan a resquebrajarse y afloran multitud de interrogantes, inquietudes y, ¿por qué no decirlo?, también esperanzas. Lo que está claro es que este profesor de la American University, de El Cairo, egipcio, musulmán y que viste con una elegancia occidental ya inusitada incluso en Europa, huye de los esquemas preconcebidos y los conceptos abstractos.

Para él, más allá de los términos cristiano o musulmán, lo importante es la persona. Y el problema de la persona es el mismo para el cristiano y para el musulmán –insiste–, porque es el desafío de todo hombre: la elección de una vida con un sentido o sin él.

Las matanzas de cristianos a manos del terrorismo islamista no deben, a juicio de Farouq, hacernos ver sólo el horror, la violencia y la muerte; hay que mirar que todas estas personas han muerto por elegir la fe frente a la vida. «No han muerto por una catástrofe natural, sino por una decisión». Los mártires y los perseguidos cristianos son, dice el profesor egipcio, «el mayor testimonio de fe de nuestro tiempo».

Y es un testimonio de fe también para los musulmanes, como explica Farouq: «Entre los musulmanes está muy extendido el estereotipo de que los cristianos no tienen fe, así que ver a toda esta gente que escoge la muerte antes que una vida sin fe está cambiando totalmente esta percepción».