Un Papa poco convencional

La Vanguardia
Màrius Carol

En unos momentos de ausencia de liderazgos morales, la figura de Jorge Mario Bergoglio emerge como un referente, no únicamente para el mundo católico. La semana pasada la empezó en Estrasburgo y la terminó en Estambul. El Parlamento Europeo escuchó a un Papa que denunciaba que los grandes ideales que inspiraron la UE han perdido atracción por culpa de los egoísmos de los estados y de la burocracia de Bruselas. Criticó la pasividad de los políticos ante la injusticia y la falta de valores colectivos, mientras reivindicaba la dignidad de los trabajadores y la solidaridad con los que sufren. En el avión de vuelta, un periodista le preguntó si se sentía un Pontífice socialdemócrata, a lo que Francisco respondió con una sonrisa en los labios diciendo que eso era un reduccionismo, que él hablaba por boca del Evangelio y que la doctrina social de la Iglesia es clara en este sentido, al tiempo que inspiró a los fundadores de la UE.