Chiaramonti, un Papa jacobino

Religión en Libertad
Luis Suárez

En 1797, cuando los revolucionarios franceses contaban ya con uno de los militares más expertos y famosos de la Historia, que iba a encargarse de dominar Italia, suprimir los Estados Pontificios y hacer del Papa Pío VI un prisionero, el Cardenal arzobispo de Imola, Barnaba Chiaramonti, en la homilía que pronunció en la misa de la Navidad, introdujo unas palabras decisivas que, entre nosotros, cobran brillante actualidad: «La forma de gobierno democrático en manera alguna repugna al Evangelio; exige por el contrario todas las sublimes virtudes que no se aprenden más que en la escuela de Jesucristo. Sed buenos cristianos y seréis buenos demócratas».