Lo que la fe, sin imponer, aporta a la democracia

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Fernando de Haro

"Hagamos un experimento mental. Si os preguntase cuáles fueron los temas que abordó Benedicto XVI en sus discursos más importantes al mundo laico, seguramente me diríais que habló del aborto, la eutanasia y el matrimonio de los homosexuales. Habló de estas cosas pero no fueron los argumentos más importantes. El Papa habló de democracia, de la vida común", con esta provocativa frase Andrea Simoncini, catedrático de Derecho Constitucional en Florencia, comienzo su intervención en una de las mesas redondas más incisivas que se han celebrado en los primeros días del Meeting de Rimini. En el encuentro se ha presentado el libro la Ley del Rey Salomón, que recoge los cinco grandes discursos de Benedicto XVI sobre la vida pública, acompañados de comentarios de prestigiosos constitucionalistas de todo el mundo. Tres de ellos han participado en el encuentro: Josep Weiler, judío, y profesor en Nueva York; Paolo Carozza, profesor en Notre Dame (Indiana), implicado en las instituciones que luchan a favor de los derechos humanos en América Latina; y Miguel Maduro, ministro de Desarrollo en Portugal. Los tres fascinados por el "pensamiento constitucional" del Papa emérito.