El Papa que ha desconcertado a la izquierda

El Confidencial
Federico Quevedo

Desde el mismo momento en que fue elegido Papa, Jorge Mario Bergoglio fue perfectamente consciente de que a partir de entonces los ojos de toda la humanidad iban a estar puestos en él. Fiel a sí mismo, hizo lo mejor que sabía hacer: actuar con absoluta naturalidad, como había hecho siempre en todas las circunstancias de su vida, con absoluta sencillez y la máxima humildad. Yo no le conocía, sería absurdo hacerse aquí el interesante sobre la personalidad del Papa Francisco, pero debo reconocer que, tras la perplejidad del primer momento, el nuevo Pontífice me ha llegado al corazón con cada uno de sus gestos y de sus palabras, y supongo que, como me ha ocurrido a mí, le ha ocurrido a cientos de millones de personas en todo el mundo. Esa ha sido la primera y enorme tarea de evangelización con la que ha comenzado su pontificado.