Javier Prades: “El Papa nos ha puesto a todos delante la verdad de Dios”

Redacción

El Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Javier Prades, pronunció ayer una lección magistral sobre “La relación de la fe y la razón en los discursos universitarios de Benedicto XVI” en un acto homenaje a Benedicto XVI de la universidad. También participó el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. César Franco, además del Decano de la Complutense, Raúl Canosa. El acto comenzó con la proyección de un video de recuerdo de la visita de Benedicto XVI a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en 2011 y del encuentro que mantuvo en aquella ocasión con los profesores jóvenes universitarios. A continuación, Pilar Laguna hizo una exposición sobre la biografía intelectual de Benedicto XVI.
En su intervención, Javier Prades, recordó que han transcurrido algunas semanas desde que Benedicto XVI “sorprendiese al mundo al anunciar que renunciaba a su Pontificado”, un acontecimiento, dijo, “que no se dejaba encajar en nuestros esquemas” y realizó unas reflexiones sobre la visión que Benedicto XVI “ha tenido de la universidad así como la compresión de la razón y la ciencia en la universidad” a través de sus diversos libros y artículos.
Hablando de la relación entre Benedicto XVI y la universidad, recordó que Joseph Ratzinger ha tenido relación con varias universidades alemanas y que su actividad posterior no le ha desvinculado nunca de la universidad, de hecho, prosiguió, “su reflexión sobre la idea de universidad nace de su experiencia”.
También, hizo alusión al pensamiento, naturaleza y misión de la universidad por parte de Benedicto XVI, refiriéndose al “constitutivo anhelo del hombre que se pregunta por la verdad” como una cuestión que se ha planteado siempre, desde la filosofía griega a la época medieval. Y es que “no se trata de una verdad meramente intelectual, repitió en palabras del Papa emérito, sino de darnos cuenta de que el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento del bien. La verdad nos hace buenos y la bondad es verdadera. Verdad y bien son inseparables. La caridad sin la verdad sería ciega, por tanto, la naturaleza y la misión es la formación de la persona, a fin de capacitarla para vivir con plenitud”.
Prades hizo un diagnóstico sobre la “emergencia educativa, en palabras de Benedicto XVI, en nuestras sociedades occidentales cuando han perdido esta finalidad primera que es la de educar” y reiteró que “los profesores universitarios ocupan un lugar privilegiado pues con su docencia ejercen una colaboración en la difusión de la verdad”. Así, alertó de tres peligros importantes que veía Benedicto XVI y sobre los que abogaba por “mantener la pasión por la verdad plena”. Era el riesgo dencaer en una visión utilitarista o pragmática de la educación universitaria; la tendencia a la fragmentación y a la falta de comunicación, y el aislamiento de los diferentes saberes, provocando la carencia de diálogo entre las distintas ciencias. Por ello, alertó del riesgo de que la universidad se contagie de la mentalidad relativista de hoy porque “la crisis de la verdad lleva a la crisis de la educación”.
Habló, asimismo, de las reflexiones fundamentales de Benedicto XVI sobre la razón, la realidad y la ciencia a la luz de la fe cristiana y dijo que “una de las preocupaciones fundamentales de Ratzinger ha sido la de defender la verdadera índole de la razón humana”. De ahí que el filósofo Habermas le haya denominado “amigo de la razón” y también se le conozca como “Papa de la razón”.
“El Papa nos ha puesto a todos delante la verdad de Dios”
Para Prades, habría que “ensanchar” nuestra comprensión de la racionalidad y abrir más la razón para que “razón y fe se encuentren” porque vivimos en un período histórico en el que prima más lo empírico o lo tangible. Para ello, consideró que “es preciso que la universidad deje paso a la investigación que permite mostrar el misterio propio del hombre porque ninguna ciencia por sí sola puede decir quién es el hombre y a dónde va”. Es más, “sin estas ciencias, la universidad pierde su verdadero fin, que es el hombre”.
Como conclusión, Prades afirmó que “tenemos que dejarnos sorprender” por este acto de renuncia del Papa y también “por la profundidad de su testimonio, hilo conductor para entender su visión de la universidad y de la razón”. El testimonio de Benedicto XVI, aseguró, nos ha provocado a tomar postura sobre las cuestiones decisivas. Ha sido toda su vida de teólogo, de cardenal, de prefecto y de Papa un “testigo de la realidad de Dios en el mundo”. “Su renuncia ha abierto de nuevo la pregunta sobre Dios y su presencia en el mundo”. Y manifestó que “el Papa nos ha puesto a todos delante la verdad de Dios”
Por su parte, Mons. César Franco pronunció unas breves palabras en las que destacó el encuentro de Benedicto XVI con los profesores en El Escorial, del que dijo, “se llevó una impresión extraordinaria”. Así, afirmó que “el Papa no ha sido un colaborador de la verdad en el nivel de la inteligencia o ético sino que es co-hacedor de la verdad” y añadió que desde el inicio de su pontificado “en la silla de Pedro se sentaba un hombre preparado por Dios en sus designios, que venía a enfrentarnos a la verdad con mayúsculas, que es Cristo”.
Finalmente, invitó a los profesores universitarios a que “vivan” el mensaje de El Escorial y sean testigos ante sus alumnos de esta verdad. Benedicto XVI, dijo, “nos ha regalado el don de un maestro, de un testigo, de un amigo de Cristo y de la sabiduría que nos hace profetas y amigos de ellos”.