El interlocutor

ABC
Gabriel Albiac

Con Benedicto XVI, perdemos los ateos al único interlocutor de fuste en el mundo moderno
¿ES Dios, acaso, una isla, aquella cuya ausencia añora la miseria de los hombres y de la cual John Donne habría dado imagen invertida en la conciencia humana: «ningún hombre es una isla, para sí misma plena»? Dios lo es. Puesto que nada determina a un infinito. Ni lo afecta. Isla sería, así, la metáfora primera: no nos dice de los hombres sino aquello de lo cual carecen. Aquello cuya ausencia los desasosiega. Aquello a lo cual Blaise Pascal da forma de paradoja: «¿Creeré que yo soy nada? ¿Creeré que yo soy todo?».