Jornada de apertura de curso de CL en Lombardía (Fraternità CL/Pino Franchino)

«Llamados, es decir, enviados: el inicio de la misión»

La Jornada de apertura de curso de los adultos de CL, una educación en la fe y un «sí» que da paso a una tarea. El texto íntegro de la lección y el testimonio de Hussam Abu Sini

«Llamados, es decir, enviados: el inicio de la misión». Este era el título de la Jornada de apertura de curso de los adultos de CL en Lombardía, celebrada en Milán el pasado 21 de septiembre. Hubo diez mil personas presentes, más cuatro mil conectadas desde otras seis ciudades lombardas. Además, se han celebrado 26 jornadas en toda Italia y 141 en otros 73 países.

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En la introducción, el responsable diocesano de la Fraternidad, Francesco Cassese, recorrió los pasos que ha dado el movimiento este año: la educación en la fe cristiana para vivir la vida como vocación es «la primera razón fundamental por la que existe el movimiento», recordó el presidente, Davide Prosperi, durante su intervención. «Hemos sido elegidos, llamados por Otro (…), llamado por tu nombre» y hemos sido objeto, igual que la Samaritana, de «un amor gratuito e inmerecido». Llamados juntos «a través de un encuentro humano que nos ha introducido en la vida del Cuerpo de Cristo, una comunión vivida… la unidad de los creyentes».

EL TESTIMONIO DE HUSSAM ABU SINI

¿Cuál es el siguiente paso en este camino? «Comunicar a todos el contenido de nuestra fe, debemos tomar conciencia de que hemos sido llamados para una tarea histórica dentro de la vida de la Iglesia y en el mundo». Esa tarea es la misión. «Llevar el hecho de Cristo y, por ello, la comunión cristiana», como dice don Giussani en Una rivoluzione di sé. La vita come comunione (1968-1970), conscientes de que no tenemos «nada más que ofrecer que lo que ya hemos recibido». Igual que los esposos Franz y Franziska Jägerstätter, testigos, delante de todos, de la «diferencia» de la fe. A través de un «sí» que «no basta decir una sola vez, sino mil veces, todos los días».

Un camino posible para todos, para Pedro hace dos mil años igual que para Hussam Abu Sini, responsable de la comunidad de CL en Tierra Santa que, en conexión por video desde Haifa, testimonió qué es lo que define su vida, como padre, marido y médico, desde el día que se encontró con el movimiento: el hecho de ser «enviado por alguien, a alguien, con alguien».