La misa de reapertura del Sínodo de los obispos (Foto Ansa)

Corazón abierto para no encerrarse en diálogos de sordos

La homilía del papa Francisco en la reapertura del Sínodo de los obispos y el llamamiento, al terminar la misa, a una jornada de oración y ayuno por la paz el 7 de octubre

Hoy celebramos la memoria litúrgica de los santos Ángeles Custodios, y retomamos la sesión plenaria del Sínodo de los Obispos. En escucha de lo que nos sugiere la Palabra de Dios, podríamos como punto de partida para nuestra reflexión tomar tres imágenes: la voz, el refugio y el niño.

Primero, la voz. En el camino hacia la Tierra prometida, Dios aconseja al pueblo que escuche la “voz del ángel” que Él ha enviado (cf. Ex 23,20-22). Es una imagen que nos toca de cerca, porque el Sínodo es también un viaje en el que el Señor pone en nuestras manos la historia, los sueños y las esperanzas de un gran Pueblo de hermanas y hermanos esparcidos por el mundo, animados por nuestra misma fe, impulsados por el mismo deseo de santidad para que, con ellos y por ellos, tratemos de comprender qué camino seguir para llegar adonde Él quiere llevarnos. Pero, ¿cómo podemos, nosotros, ponernos a la escucha de la “voz del ángel”?...

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