Jerusalén, Santo Sepulcro (Catholic Press Photo)

«Solo Dios puede donar la verdadera paz»

CL se suma al llamamiento del cardenal Pierbattista Pizzaballa por una jornada de oración y ayuno por la paz el martes 17 de octubre. Las palabras de Davide Prosperi y del Patriarca

Comunión y Liberación se suma a la invitación del Patriarca latino de Jerusalén card. Pizzaballa para dedicar la jornada del martes 17 de octubre a la oración, el ayuno y la abstinencia por la paz y la reconciliación.

Davide Prosperi, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, ha afirmado:
«Compartimos profundamente las recientes palabras del papa Francisco: “el terrorismo y los extremismos no ayudan a alcanzar una solución al conflicto entre israelíes y palestinos, sino que alimentan el odio, la violencia, la venganza, y solo hacen sufrir a los unos y a los otros. Oriente Medio no necesita guerra, sino paz, una paz construida en la justicia, en el diálogo y en la valentía de la fraternidad”.
Expresando nuestra cercanía conmovida por tantas personas inocentes que están viviendo momentos de inmenso dolor y de muerte, y sin olvidar la responsabilidad del agresor, nos sentimos aún más provocados para tomar conciencia de que el hombre no es capaz de salvarse por sí solo, y que solo Dios puede donar la verdadera paz.
Anclados en el amor infinito que Cristo, que nació precisamente en esa tierra que hoy sufre tanto, ha donado a todo ser humano como camino hacia su cumplimiento, a Él ofrecemos en la oración nuestro pequeño pero necesario intento por construir lugares de diálogo y de fraternidad, como nos pide Francisco.
Nos sumamos por tanto, unidos a la Iglesia y a todos aquellos que verdaderamente desean la paz, a la invitación del card. Pizzaballa. El movimiento se organizará a nivel personal, familiar y comunitario para vivir adecuadamente esta jornada de entrega a Dios, considerándola también un momento concreto de encuentro y de misión para todos».


LLAMAMIENTO
“Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz”
(1 Cor 14,33)


Queridos hermanos y hermanas:
¡Que el Señor nos dé verdaderamente su paz!

El dolor y la consternación por lo que está sucediendo son grandes. Una vez más nos encontramos en medio de una crisis política y militar. De repente fuimos catapultados a un mar de violencia sin precedentes. El odio, que lamentablemente ya hemos experimentado durante demasiado tiempo, aumentará aún más, y la espiral de violencia que sigue creará más destrucción. Todo parece hablar de la muerte.
Pero en este momento de dolor y consternación, no queremos quedarnos impotentes. Y no podemos permitir que la muerte y sus aguijones (1 Cor 15,55) sean la única palabra que se escuche.

Por eso sentimos la necesidad de orar, de volver nuestro corazón a Dios Padre. Solo así podremos sacar la fuerza y la serenidad para vivir este tiempo, dirigiéndonos a Él, en oración de intercesión, de súplica, y también de clamor.
En nombre de todos los Ordinarios de Tierra Santa, invito a todas las parroquias y comunidades religiosas a una jornada de ayuno y oración por la paz y la reconciliación.

Pedimos que el martes 17 de octubre todos hagan un día de ayuno y abstinencia, y de oración. Los momentos de oración deben organizarse con la adoración eucarística y con el rosario a la Santísima Virgen. Probablemente en muchas partes de nuestras diócesis las circunstancias no permitan la reunión de grandes asambleas. En las parroquias, en las comunidades religiosas, en las familias, todavía será posible organizarse para tener momentos comunes de oración sencillos y sobrios.

Así es como todos nos reunimos, a pesar de todo, y nos reunimos en oración coral, para entregar a Dios Padre nuestra sed de paz, justicia y reconciliación.

Con oraciones,
+Pierbattista Card. Pizzaballa
Patriarca latino de Jerusalén