Francesco Occhetta (Catholic Press Photo)

Not alone. Una nueva forma de decir “fraternidad”

Un Meeting mundial el 10 de junio en San Pedro, con puntos de conexión en todos los continentes. Junto al Papa, 34 premios Nobel y miles de jóvenes. Lo cuenta Francesco Occhetta
Stefano Maria Paci

Treinta y cuatro premios Nobel, el papa Francisco y decenas de miles de jóvenes procedentes de todo el mundo estarán juntos el 10 de junio en la plaza de San Pedro. Un evento que se celebrará simultáneamente en otras siete grandes sedes del mundo. Su nombres es “Not Alone” y es como un meeting mundial sobre la fraternidad humana organizado por la Fundación Vaticana Fratelli Tutti. El padre Francesco Occhetta, jesuita y director de la Fundación, explica cómo nació esta iniciativa. «Fue una intuición del cardenal Mauro Gambetti, presidente de la Fundación, que me dijo: “En un mundo en guerra donde aumentan los conflictos y las palabras divisorias, debemos relanzar con urgencia la fraternidad como antídoto contra la violencia”. Enseguida percibí esa urgencia, y así surgió un encuentro que puede suponer el inicio de un proceso cultural que favorezca una experiencia de inmersión y activa entre sus participantes».

¿Le han presentado esta iniciativa al Papa? ¿Qué le ha parecido?
Le informó el cardenal. Desde que decidimos organizar este evento, hemos contado con la disponibilidad de muchísimas entidades vinculadas al Papa. En siete puntos del mundo han querido conectarse con la plaza de San Pedro para dar testimonio de la fraternidad en varios rincones del mundo: desde el Mediterráneo, salvando a migrantes del mar, a Buenos Aires, con movimientos populares, así como Bangui o Brazzaville, un campo de refugiados en Etiopía, y también en Jerusalén, Lima y hasta Nagasaki.

¿Qué distingue al Papa de tantos que hablan hoy de fraternidad?
El Papa tiene el mérito de haber puesto en el centro del debate una palabra nueva, “fraternidad”, sobre todo para ayudar a la cultura actual a redescubrir su significado original, que la Ilustración traicionó. Dicho en otras palabras, la libertad y la igualdad no bastan si no están iluminadas por la fraternidad. Pero hay más. Francisco propone el significado bíblico de la fraternidad, que recompone vínculos rotos después de conflictos y traiciones personales y sociales. El desafío es por tanto de naturaleza antropológica y espiritual. La etimología de “fraternidad” remite a “nacer al lado de otro”. La encíclica Fratelli tutti, que la Fundación trata de cumplir mediante sus proyectos, es una mina de oro, ofrece al mundo social y político un nuevo paradigma.

¿Cómo se desarrollará la jornada del 10 de junio? ¿Se repetirá otros años?
Está pensada como una experiencia de inmersión. Durante la mañana, cinco grupos de trabajo, alojados en los Palacios Vaticanos, ahondarán en los retos que la fraternidad plantea a nivel social, antropológico y espiritual. Las mesas reunirán a premios Nobel de la paz, frágiles, expertos en medioambiente, asociaciones y escuelas. Los premios Nobel redactarán una Declaración sobre la Fraternidad humana universal que presentarán por la tarde al Santo Padre. A partir de las cuatro empezarán las actividades vespertinas, que contarán con artistas internacionales del nivel de Andrea Bocelli. El momento central del World Meeting on Human Fraternity será la llegada del papa Francisco a media tarde. Muhammad Yunus y Nadia Murad, en representación de los premios Nobel, le presentarán la Declaración sobre la Fraternidad y lanzarán juntos la recogida de “¡mil millones de firmas por la fraternidad universal!”. Chicas y chicos procedentes de muchos países del mundo tenderán sus manos al Papa para formar, a lo largo de toda la columnata de Bernini, un abrazo simbólico que llegará a toda la plaza. Tanto los que estén allí como en cualquiera de las otras siete sedes, podrán compartir el evento en sus redes sociales con una foto, un video o un comentario a través del hashtag #notalone. Al final, cada participante recibirá una bolsa de tierra con semillas para que el año que viene traigan la planta que nazca.

¿Qué frutos esperan de este Meeting mundial?
Queremos empezar a cambiar el paradigma cultural, pues parece que solo existe el de la guerra. Además, no queremos que se sientan solas las entidades que enseñan a las jóvenes generaciones la cultura de la fraternidad y ofrecerles una alternativa de esperanza a los conflictos en su vida. Por último, nos gustaría que los participantes hicieran un examen de conciencia y se preguntaran: «¿De qué parte estoy? ¿Realmente me puede ayudar, a mí y al mundo, apostar por la fraternidad?». Y dar juntos un paso hacia la paz del corazón y hacia la paz social.