Voluntarios preparan cajas de ayuda en Ucrania (Foto: ACN)

«La Iglesia comparte el destino de su pueblo»

El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana ha agradecido la solidaridad española en un acto organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. «Vuestra solidaridad nos ayuda a resistir»
Yolanda Menéndez

«La guerra en Ucrania solo es comparable a la Segunda Guerra Mundial». Con esta contundencia, el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, monseñor Sviatoslav Shevchuk, presentó en Madrid la campaña “Iglesia en Ucrania: refugio de esperanza”, de Ayuda a la Iglesia Necesitada. «Mucha gente me pregunta si tenemos esperanza y la respuesta es obvia: claro que sí, somos cristianos y el Señor ha resucitado», afirma desde Kiev.

Tras más dos meses de conflicto, los misiles que han caído en territorio ucraniano ya igualan los que cayeron en Siria durante una guerra de once años. Se calcula que hay más de medio millón de soldados repartidos en una línea de combate de tres mil kilómetros de largo, según datos de monseñor Shevchuk. «Se dice que Putin tenía previsto que la guerra se resolviera en tres días, pero hemos resistido y los expertos dicen que se va a prolongar mucho». Con unos recursos militares rusos que superan hasta veinte veces los de Ucrania, esta resistencia se ha revelado como un «milagro», según el arzobispo. «Pero se debe al hecho de que no estamos abandonados, ni por Dios ni por nuestros hermanos. Vuestra solidaridad nos ayuda a resistir. Muchos soldados rusos no ocultan su perplejidad ante la resistencia ucraniana porque somos mucho menos, pero tenemos una fuerza moral y espiritual que nos hace luchar con esperanza porque sabemos que el bien siempre vence sobre el mal y la muerte», y lo dice destacando que estos días se saludan con el saludo de la Pascua.

También ha destacado la ayuda que llega desde España, que reciben con sorpresa «pues podríamos pensar que España está en el otro extremo de Europa. Pero en todas las parroquias a las que visito encuentro cajas de ayuda humanitaria que llega de España, con carteles donde nos mandan todo vuestro apoyo. Carteles que en la mayoría de los casos solo leo yo, que sé español, pero cuando los veo se lo digo a las familias, que en muchos casos lloran conmovidos». Gran parte de su jornada, el arzobispo la pasa viajando, pues la curia patriarcal ha puesto en marcha un centro de coordinación para hacer llegar la ayuda a los lugares donde es más necesaria, sobre todo en la zona oriental y al sur, «lugares que cayeron bajo control ruso pero luego fueron liberados por el ejército ucraniano pero han quedado totalmente saqueados».

En un país con una población total de 44 millones de habitantes, se calcula que ya son más de doce millones los que han salido de sus casas con las manos vacías y sin rumbo fijo, lo que se suma a que en estos dos meses la economía ucraniana ha quedado reducida a la mitad. «Las primeras consecuencias ya las estamos viendo y nos muestran una tragedia humanitaria, pero las económicas también se están haciendo notar», y piensa en el obispo de Jarkov, «un auténtico héroe que, en una ciudad que es bombardeada a diario, sale de casa todos los días para dar de comer a dos mil personas en la catedral, pues esta gente no tiene otra manera de sobrevivir». Y es que, si algo tiene claro este arzobispo, es que no se irá de allí. «Somos una Iglesia que comparte el destino de su pueblo, y por tanto compartiremos siempre todo el dolor y sufrimiento de nuestro pueblo».