El Papa en la Catedral de San Martín en Bratislava (Foto: Catholic Press Photo)

El Papa en Bratislava. «La Iglesia y la aventura de la libertad»

El discurso a los Obispos, sacerdotes y religiosos. «Que el anuncio del Evangelio sea liberador, nunca opresor. ¡Y que la Iglesia sea signo de libertad y de acogida! Sin libertad, sin paternidad las cosas no funcionan»
Papa Francisco

Los saludo con alegría y agradezco a Mons. Stanislav Zvolenský las palabras que me ha dirigido. Gracias por la invitación a sentirme en casa. Vengo como vuestro hermano y por eso me siento uno de ustedes. Estoy aquí para compartir su camino —esto debe hacer el obispo, el Papa—, sus preguntas, los anhelos y las esperanzas de esta Iglesia y de este país. Y, hablando del país, le acabo de decir a la señora Presidenta que Eslovaquia es una poesía. Compartir era el estilo de la primera comunidad cristiana: eran perseverantes y estaban unidos, caminaban juntos (cf. Hch 1,12-14). También discutían, pero caminaban juntos.

Es lo primero que necesitamos: una Iglesia que camina unida, que recorre los caminos de la vida con la llama del Evangelio encendida. La Iglesia no es una fortaleza, no es una potencia, un castillo situado en alto que mira el mundo con distancia y suficiencia. Aquí en Bratislava el castillo ya existe, ¡y es muy hermoso! Pero la Iglesia es la comunidad que desea atraer hacia Cristo con la alegría del Evangelio —¡no el castillo!—, es la levadura que hace fermentar el Reino del amor y de la paz en la masa del mundo. Por favor, no cedamos a la tentación de la magnificencia, de la grandeza mundana. La Iglesia debe ser humilde como era Jesús, que se despojó de todo, que se hizo pobre para enriquecernos (cf. 2 Co 8,9). Así vino a habitar entre nosotros y a curar nuestra humanidad herida.

Sigue leyendo en la página web de la Santa Sede