Juan Pablo II en la JMJ 2000

Movimientos. Veinte años sin conformarse

El Foro italiano de asociaciones familiares reúne a los líderes de los movimientos para recordar las palabras del papa Wojtyla en la JMJ 2000
Luca Fiore

Tenía ante él a dos millones de jóvenes. La energía que manaba de la explanada de Tor Vergata era una como una descarga que revitalizaba su cuerpo, marcado por la enfermedad. Las imágenes y palabras de Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud del Jubileo del 2000, vistas a veinte años de distancia, no han perdido ni un ápice de su fascinación. «En realidad, es a Jesús a quien buscáis cuando soñáis la felicidad», decía el Papa polaco. «Es Él quien os espera cuando no os satisface nada de lo que encontráis; es Él la belleza que tanto os atrae; es Él quien os provoca con esa sed de radicalidad que no os permite dejaros llevar por el conformismo». A medio camino entre la profecía y la invitación, añadía: «No os conformaréis con un mundo en el que otros seres humanos mueren de hambre, son analfabetos, están sin trabajo. Defenderéis la vida en cada momento de su desarrollo terreno; os esforzaréis con todas vuestras energías en hacer que esta tierra sea cada vez más habitable para todos».

Para volver sobre esas palabras, Gigi De Palo, presidente del Foro italiano de asociaciones familiares, que en el año 2000 trabajó en la organización de la jornada de Tor Vergata, puso en marcha un evento –que finalmente se celebró online el día de la fiesta litúrgica de san Juan Pablo II, con cinco mil personas conectadas desde todo el mundo– invitando a los líderes de los principales movimientos y asociaciones eclesiales. Algunos bromeaban con él: «Gigi, has reunido a los Vengadores». La idea era poner a prueba esas palabras de Wojtyla. «Veinte años después nos hemos hecho mayores, hemos perdido pelo y hemos ganado peso. ¿Nos hemos conformado o no?». ¿Qué causaron aquellas palabras?

«Todavía debemos inspirarnos en ese mensaje», afirmó el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, abriendo la ronda de intervenciones. «Expresa las preocupaciones de la Iglesia actual, en este tiempo de pandemia». Wojtyla acompañó a la Iglesia y a la humanidad en la entrada a este cambio de época al que estamos asistiendo con el papa Bergoglio. Bassetti concluyó con un recuerdo personal del momento en que –tras ciertas resistencias– Juan Pablo II abandonó el escenario de Tor Vergata y, contemplando la explanada llena de jóvenes, dijo hasta tres veces: «¡No os disperséis!». Hoy la invitación de la Iglesia, terminó diciendo el arzobispo de Perugia, sigue siendo: «No os conforméis, no os disperséis».

Conectado desde Madrid, participó también Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, que recordó su gran relación con Juan Pablo II. «En él encontramos a un gigante. Siempre nos dio el doble de lo que le pedíamos. Estamos muy agradecidos a Dios y a él porque nos defendió y estuvo con nosotros». Giampiero Donnini, responsable del Camino en Roma, añadió que «aquellas palabras del Papa fueron como una forma de sellar la predicación de Kiko y Carmen, donde la fe era algo fundante. El Camino nace para ayudar al mundo, que tiene una fe tradicional, a llegar a una fe radical».

Gigi De Palo y los líderes de los movimientos

Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de CL aceptó la provocación de De Palo diciendo: «Sabemos que no es una característica estadísticamente normal que el paso del tiempo nos haga más familiar al Señor. Cristo puede haber perdido fuerza de atracción sobre nosotros». ¿Cómo podemos comprobar si los años se han llevado el entusiasmo inicial? «La prueba es si estamos respondiendo a la pregunta por el sentido de las nuevas generaciones y a las personas que han perdido el gusto de vivir», explicó Carrón. «Lo que quede de ese encuentro será la capacidad para comunicar la fe hoy de la misma manera que nos dijo Juan Pablo II. “Es Jesús con quien soñáis cuando soñáis la felicidad”».

Maria Voce, presidenta del movimiento de los Focolares, describió cómo muchas iniciativas de caridad realizadas durante estos meses tan complicados demuestran que los jóvenes de hoy tampoco se conforman. «Chiara Lubich ya decía que los jóvenes deben ser los protagonistas de la nueva evangelización». Lo serán, explicó, si de ellos puede decirse lo mismo que llamaba la atención de los primeros cristianos: «mira cómo se aman».

El presidente en Italia de la Renovación Carismática, Salvatore Martínez, explicó por su parte que «nosotros somos generados, y somos generados dentro de la pasión que animaba las palabras de Juan Pablo II. Esa pasión por Dios y por el hombre es la herencia que nos dejó y que nunca se agota». El recuerdo personal que guarda Martínez de entonces es la alegría especial que invadió al Papa polaco aquella noche en Tor Vergata. «Esa alegría es el mayor recurso en este momento marcado por la pandemia. Una alegría incluso dentro de la tribulación».

Matteo Truffelli, presidente de la Acción Católica, recordó que Juan Pablo II tenía ante sus ojos y en el corazón a una generación víctima de las ideologías. Decía Wojtyla: «A lo largo del siglo que termina, jóvenes como vosotros eran convocados en reuniones masivas para aprender a odiar, eran enviados para combatir los unos contra los otros». Ahora, señaló Truffelli, el desafío que indica el papa Francisco es el de la tristeza individualista, cuyos antídotos, según el pontífice argentino, son la fraternidad, la alegría y la mística de sentirse pueblo de Dios.

Para el presidente de las ACLI (Asociaciones cristianas de trabajadores italianos), Francesco Rossini, el compromiso de “no conformarse” ha supuesto estos años no dejar caer nuestro compromiso en la defensa de los sujetos que construyen la sociedad: la familia, las asociaciones, el sindicato, el Parlamento. Pero este compromiso se sostiene, según Rossini, si lo que le anima es en último la fe. Y recordó un tira y afloja entre el padre Pio Parisi, jesuita e histórico asistente de las ACLI, y Aldo Moro. El primero decía: «Cuanto más rezo, más siento la necesidad de un compromiso en política». Y el segundo respondía: «Cuanto más me dedico a la política, más necesidad siento de rezar».

Por la Comunidad Juan XXIII, intervino su presidente, Paolo Ramonda, que retomó el entusiasmo que aún le suscita la paternidad de Oreste Benzi: «No debemos conformarnos ante el abandono de ancianos y niños con daños cerebrales, ante la trata de mujeres, ante la esclavitud de las drogodependencias, ni a ver morir una vida gestante en el seno materno».

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Gigi De Palo, que mostró su confianza con cada uno de los ponentes, cerró el encuentro agradeciendo el modo en que cada uno había respondido según su sensibilidad. «Surge una belleza contagiosa. Una visión a largo plazo. No nos conformamos si comprendemos que hay que ir más allá de la ideología y –como dice el papa Francisco– empezar a lavar pies. Os invito a rezar para que el momento de hoy pueda ser el comienzo de un trabajo común».