Papa Francisco: «Permanezcamos anclados en lo que de verdad importa»

El mensaje por el Rosario propuesto por la Iglesia italiana ante la emergencia sanitaria y la invitación a dirigirse al Señor para que custodie a todas las familias, especialmente a «los enfermos y a las personas que los atienden»
Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas:
Me uno a la oración promovida por la Conferencia Episcopal Italiana como signo de unidad de todo el país.

En esta situación inédita en que todo parece tambalearse, ayudémonos a permanecer anclados en lo que de verdad importa. Es una indicación para caminar que encuentro en muchas de las cartas de vuestros pastores que, compartiendo un momento tan dramático, tratan de sostener con su palabra vuestra esperanza y vuestra fe.

La oración del rosario es la oración de los humildes y de los santos que, en sus misterios, junto a María contemplan la vida de Jesús, rostro misericordioso del Padre. ¡Cuánto necesitamos todos ser verdaderamente consolados, sentirnos envueltos en su amorosa presencia!

La verdad de esta experiencia se mide en la relación con los demás, que en este momento coinciden con los familiares más directos. Seamos prójimos los unos de los otros, siendo los primeros en ejercer la caridad, la comprensión, la paciencia, el perdón.

Necesariamente, nuestros espacios pueden verse restringidos a las paredes de casa, pero tened un corazón más grande, donde el otro pueda hallar siempre disponibilidad y acogida.

Esta noche rezamos unidos, confiados en la intercesión de san José, custodio de la Sagrada Familia, custodio de todas nuestras familias. El carpintero de Nazaret también conoció la precariedad y la amargura, la preocupación por el mañana, pero supo caminar en medio de la oscuridad de ciertos momentos, dejándose guiar siempre sin reservas por la voluntad de Dios.

Protege, santo custodio, nuestro país.

Ilumina a los responsables del bien común para que sepan –como tú– hacerse cargo de las personas que han sido confiadas a su responsabilidad.

Dona la inteligencia de la ciencia a cuantos buscan los medios adecuados para la salud y el bienestar físico de nuestros hermanos.

Sostén a los que se dedican a los más necesitados: voluntarios, enfermeros, médicos, que están en primera línea atendiendo a los enfermos, aun poniendo en riesgo su propia seguridad.

Bendice, san José, a la Iglesia. Empezando por sus ministros, hazla signo e instrumento de tu luz y tu bondad.

Acompaña, san José, a las familias. Con tu silencio orante, edifica la armonía entre padres e hijos, especialmente los más pequeños.

Preserva a los ancianos de la soledad. No permitas que ninguno caiga en la desesperación del abandono y el desánimo.

Consuela a los más débiles, anima a los que vacilan, intercede por los pobres.

Junto a la Virgen Madre, suplica al Señor para que libre al mundo de toda forma de pandemia.

Amén