Padre Alexandre Awi Mello

JMJ en Panamá. El puente y el valor

Del Sínodo a Centroamérica, sin solución de continuidad. Según el padre Alexandre Awi Mello, secretario del Dicasterio para los Laicos, este es el espíritu del encuentro con el Papa que hoy da comienzo: «La Iglesia quiere a los jóvenes en el centro»
Alessandra Stoppa

«Será una oportunidad única para vivir de manera concreta el espíritu del Sínodo». Así es como espera la Jornada Mundial de la Juventud el padre Alexandre Awi Mello. Brasileño, nacido en 1971, es sacerdote, miembro de los Padres de Schönstatt y desde 2017 secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, donde se encarga de la organización de la JMJ que tiene lugar del 22 al 27 de enero en Panamá.
Estos días, pasando por los encuentros oficiales con las autoridades, el diálogo con los obispos centroamericanos, el Via Crucis con los jóvenes, la vigilia y la misa, el Papa también visitará la cárcel de menores Las Garzas de Pacora y el Hogar Buen Samaritano, que acoge a jóvenes enfermos de Sida. Como ha dicho el arzobispo de la capital, José Domingo Ulloa Mendieta, la llegada de Francisco «traerá esperanza sobre todo a los que son víctimas de violencia, a los que se han visto obligados a emigrar, a los que han caído en las redes del narcotráfico. A tantos jóvenes que buscan una oportunidad en la vida».

Padre Awi Mello, ¿por qué Panamá?
Es una decisión fuertemente simbólica. Es un puente entre norte y sur, entre este y oeste. Es una de las periferias del mundo, que tanto le gustan al Papa. Es un país muy pequeño, con un gran corazón, y en el corazón de las Américas. De hecho, la decisión no es solo Panamá sino toda América Central. Francisco quiere poner esta parte del mundo en el foco de atención de la Iglesia. Siguiendo en parte también una petición de la propia Conferencia episcopal centroamericana.

¿Cómo será la Jornada?
Muy latinoamericana, pero sobre todo mariana. El Papa siempre ha pedido, en estos tres años de preparación, que en el centro estuviera María, aquella que nos conduce a Jesús. En su mensaje a los jóvenes decía: «Tratemos de escuchar con ella la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada».



En ese mensaje, Francisco parte de las palabras del Ángel: «¡No temas!», y pregunta a los jóvenes cuáles son sus miedos, qué les preocupa en el fondo. Dice que muchas veces el obstáculo a la fe no es la incredulidad sino el miedo...
Para los jóvenes, es importante oír lo que el Ángel dijo a la Virgen. Ella no sabía las consecuencias de aquel anuncio, no sabía qué iba a suceder después, pero dijo “sí”. Por tanto, ella puede interceder para que cada uno pueda descubrir la alegría de ser llamado. El tema del discernimiento vocacional será muy importante y se desarrollará en todas las catequesis de estos días.

¿Cómo incide en la JMJ el camino abierto por el Sínodo?
La Jornada será una oportunidad única para ver de primera mano lo que ha supuesto la experiencia sinodal, sobre todo viviendo estos días en Panamá en la escucha. Los jóvenes serán los protagonistas en todos los sentidos, partiendo también del hecho de que gran parte del evento depende de ellos: más de 30.000 jóvenes serán voluntarios. La Iglesia los quiere en el centro.

¿Y qué les quiere decir?
Que les acompaña. Que se preocupa por sus desafíos y sus preguntas, por su vocación cristiana. Ese ha sido el corazón del Sínodo y lo será en la JMJ. María dio su sí y ellos están invitados a seguirla en esto, porque ninguno de ellos tiene una misión encomendada por Dios. Mejor dicho, cada joven es una misión, está llamado a descubrir el amor de Dios.

Dice el Papa que la JMJ «es para los valientes». ¿A qué valor se refiere?
Al que necesitamos para aceptar el desafío de ser cristianos en el mundo actual, donde todo y todos dicen lo contrario. Los jóvenes deben ser especialmente valientes para presentarse como católicos, sin miedo a posiciones distintas, para recorrer caminos que los demás no comprenden ni comparten, así como para ver toda la positividad que existe en el mundo y en el encuentro con los otros. Creo que el Papa nos desafía en este sentido a elegir por Cristo y con Cristo, a seguir a Jesús, al que hoy no siguen muchos. Muchos de sus coetáneos ni siquiera le conocen.