Alguien que te espera y te mira a los ojos

Redacción

¿Cómo traducir primerea? ¿Cómo algo que «viene antes» y que te guía? ¿O, mejor, como «lo primero», como algo que «nos está esperando», como dijo el papa Francisco? Es difícil expresarlo en toda su plenitud. Sin embargo, el sábado era evidente en la plaza de san Pedro, ante nuestros ojos estaba sucediendo lo que esa palabra indica. Cristo está antes. Antes que cualquier incertidumbre nuestra, que cualquier fragilidad o angustia. Él viene primero, y nos acompaña.

Ese fue el hilo conductor de todas las respuestas del papa a las preguntas que le fueron planteadas durante la vigilia de Pentecostés, ante doscientas mil personas procedentes de varios movimientos. El encuentro con «Uno que te está esperando» es lo que genera la fe. Su presencia nos acompaña y por eso la fe puede crecer y fortalecerse. La primera palabra de la evangelización, del anuncio, es «Jesús». Es su carne lo que tocamos. Es «confiando en Jesús, confiándose a Jesús» como se puede dar testimonio hasta el martirio o ayudar a quien testimonia, hasta el martirio.

Es Cristo quien nos primerea, siempre. Y sobre esa roca podemos apoyarnos, infinitamente más sólida que todas nuestras reducciones. Irreductible incluso a nuestras ideas. Es a Él a quien podemos decir siempre – ¡siempre! – nuestro «sí», esa palabra – o mejor incluso, ese gesto – que expresa todo nuestro ser.

Los que estaban en la plaza no sólo se lo han oído decir al Papa, con insistencia afectuosa y tenaz, lo han visto suceder. Allí, ante doscientas mil personas. En ese paseo largo y festivo del Santo Padre antes de su intervención. En las miles y miles de miradas que se cruzaron con la suya. En el modo en que el papa miraba a quien le dirigía la palabra. En su misma presencia. Uno que te espera, que está contigo, que te toma de la mano, te habla, te mira a los ojos. Y haciendo todo eso, interpela tu libertad. Te provoca, te pide tu «sí».

Habrá tiempo para profundizar en las palabras que el Papa nos ha dirigido este fin de semana. Pero lo que es seguro en que de esa plaza hemos salido con más certeza. Porque ha sucedido algo. Ha sucedido Él.