El cardenal Scola, a su llegada al Policlínico.

«La necesidad de salud es una necesidad de salvación»

Francesca Lozito

El cuidado como la mirada de amor que Dios posa sobre cada hombre. El deseo de salvación común a todas las personas, del credo que sean. Con motivo de la Fiesta del Perdón, el cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, mantuvo un diálogo con médicos, enfermeros y personal administrativo del Hospital Policlínico de Milán en el Aula Magna de la Universidad degli Studi, donde respondió a las preguntas que le planteaban los representantes de diversas especialidades, en un debate moderado por Giancarlo Cesana, presidente de la Fundación Irccs Ca’ Granda, y en el que también participó Gianluca Vago, rector magnífico de la Universidad degli Studi.
Antes del coloquio, Scola presidió una misa en la que invitó a los asistentes a «vivir cada día en su trabajo una profunda unidad con todos, proponiendo con vigor a los que creen el nexo constitutivo entre el significado del vivir y la actuación médica».
Ester Borrovich Boquerizo, asistente sociosanitaria del servicio de Urología, preguntó a Scola cómo ponerse en su trabajo ante los pacientes que tienen una fe distinta de la suya. El arzobispo le recordó que «la necesidad de curarse y el deseo de salvación lo tenemos todos, independientemente de nuestra visión de la vida. Hay que poner en práctica delante de todos la tarea de curar, cuidar y consolar (las tres actividades que daban título al encuentro). Lo que sucede entre el paciente y la persona que le atiende es un encuentro de dos libertades – continuó el cardenal –, el “parangón” entre los credos es un elemento que une, que hace crecer». Por eso Scola exhortó a «la libertad del paciente y del trabajador sanitario» para que se expongan «con naturaleza a partir de la necesidad común de religión y de salvación».
Fueron muchos los temas abordados durante la conversación: desde la relación entre la pura técnica y la mirada global sobre el paciente, a la posibilidad para las nuevas generaciones de expresarse en este ámbito, o la crisis económica. En opinión de Scola, hay que conciliar «la exigencia de eficacia en la atención con una mirada llena de compasión hacia el enfermo». También hizo referencia a «el consuelo al moribundo», que forma «parte integral del cuidado. El consuelo es decisivo para percibir la pregunta radical del paciente». Porque «la necesidad de salud que el paciente plantea a quien le cuida es una necesidad de salvación. El enfermo pide “durar” para siempre, más allá de la muerte. Porque pide ser amado».

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