Cada vez que rezamos la tierra se une con el Cielo

Redacción

Al reflexionar sobre la Ascensión de Jesús al cielo, Benedicto XVI señaló que ésta marca “el cumplimiento de la salvación iniciada con la Encarnación”. “La Ascensión nos dice que en Cristo nuestra humanidad es llevada a la altura de Dios. Así – prosiguió el papa –, cada vez que rezamos la tierra se une con el Cielo”. Y así como el incienso, cuando elevamos nuestra oración en Cristo “esta atraviesa los cielos y llega hasta el Trono de Dios, y es por Él escuchada y atendida”.

Después del rezo del Regina Coeli, refiriéndose a Italia, el santo padre mencionó dos trágicos eventos. Expresó su pesar por el vil atentado, que este sábado enlutó la ciudad italiana de Brindisi – contra un instituto escolar, causando la muerte de una joven de 16 años y heridas de diversa consideración a otras seis – y aseguró su cercanía a las poblaciones de la región, también italiana, de Emilia Romagna, sacudidas, a primeras horas de este domingo, por un terremoto, con un primer balance que deja 6 muertos y cerca de 50 heridos.
«Recuerdo con pesar a las jóvenes y a los jóvenes de una escuela de Brindisi, víctimas de un vil atentado. Recemos juntos por los heridos, algunos de ellos de gravedad, y en especial por la joven Melissa, víctima mortal inocente de una brutal violencia y por sus familiares, que están en el dolor. Dirijo también mi afectuoso pensamiento a las queridas poblaciones de Emilia Romagna sacudidas hace pocas horas por un terremoto. Aseguro mi cercanía espiritual a las personas probadas por esta calamidad: imploremos de Dios la misericordia para los fallecidos y el consuelo en el sufrimiento para los heridos»

El jueves 24 de mayo, es el día dedicado a la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María, Auxilio de los cristianos, venerada con gran devoción en el Santuario de Seshán en Shangai, recordó también el Papa: «Nos unimos en oración a todos los católicos que están en China, para que anuncien con humildad y con alegría a Cristo muerto y resucitado, sean fieles a su Iglesia y al Sucesor de Pedro y vivan la cotidianidad de forma coherente con la fe que profesan. Que María, Virgen fiel, sostenga el camino de los católicos chinos, haga que su oración sea cada vez más intensa y preciosa a los ojos del Señor, y haga crecer el afecto y la participación de la Iglesia universal en el camino de la Iglesia que está en China».