El grito de los obispos iraquíes: “Ayudadnos a seguir”
“No pedimos una cruzada. Sólo pedimos la paz para nuestro país, Iraq”. Es la petición que Mons. Athanase Matti Shaba Matoka, arzobispo de Bagdad; Mons. Basile Georges Casmoussa, arzobispo de Mossul; y Mons. Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Babilonia han presentado en el Parlamento europeo. En una conferencia de prensa organizada por Mario Mauro, presidente de los diputados del PdL, y por el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, los representantes de la Iglesia iraquí han testimoniado en Estrasburgo, y también en Madrid, la violencia que sufren los cristianos en Oriente Medio. Como la masacre que acabó con la vida de 53 cristianos mientras participaban en la misa del pasado 31 de octubre, en lo que ya se conoce como el Domingo de Sangre, en una catedral que depende de Mons. Matoka.
“Más de mil cristianos han sido asesinados en Iraq”, afirma Mario Mauro. “Y más de un millón de personas ha tenido que salir del país en los últimos años. La situación es dramática. Por desgracia, los cristianos hoy son rehenes de una lucha por el poder que comenzó después de la caída de Saddam Hussein. Se les asocia a la imagen de Occidente y se les convierte en el pretexto para cometer actos de un violencia terrible y para cometer abusos como la confiscación de sus propiedades por parte de los mismos que les atacan”.
En su viaje a Europa, han acompañado a los obispos Melhem Riachy, profesor de Geoestrategia en la Universidad Kaslik del Líbano; Elias Murr, consejero del viceprimer ministro libanés; y Maroun Karam, presidente de la Liga Maronita en Europa. “Estamos aquí para pedir el apoyo del Parlamento y de toda Europa, para que ayuden al Gobierno iraquí a poner fin a la violencia contra los cristianos”, declaran los obispos. “Pedimos el respeto para las minorías y la libertad religiosa. Pedimos también una investigación internacional sobre estos hechos tan atroces, para saber si existen jefes que ordenan estos actos a los ejecutores materiales”.
En vista del primer acuerdo de cooperación entre la UE e Iraq, del que Mario Mauro es relator, el europarlamentario ha declarado: “Insistiré para que se incluyan en el texto los principios democráticos y los derechos fundamentales que son la base de toda convivencia civil. Este acuerdo no se puede reducir únicamente a una cuestión económica, sino que debe ser un instrumento político para que la Unión Europea contribuya a restablecer la paz en Iraq”.
A finales de noviembre, el Parlamento europeo aprobó una resolución contra los ataques a las minorías en Iraq, promovida por Mario Mauro, quien trabaja también en una declaración escrita sobre la libertad religiosa. En este documento se reclama que ésta pase a formar parte de los principios que guían la política exterior de al UE como cláusula vinculante, de forma que se haga una mención expresa sobre el respeto de la libertad religiosa al firmar acuerdos con terceros países. Las restricciones religiosas, de hecho, afectan a casi la mitad de los países y a más del 80% de la población mundial. Entre los grupos situados en el punto de mira, los cristianos son los más perseguidos (en los crímenes religiosos, tres de cada cuatro víctimas son cristianos): se estima que se ha martirizado a más cristianos en el siglo XX que en los 1900 años anteriores. “La libertad religiosa es la condición a través de la cual pasan todas las demás libertades. Expresar libremente la propia religión significa hacer frente a los abusos del poder”, afirma Mario Mauro.