Fray Leopoldo de Alpandeire, “como el padre misericordioso del hijo pródigo”

El sábado 12 de septiembre, el beato limosnero Fray Leopoldo de Alpandeire pasó a formar parte del Libro de Beatos de la Iglesia en la primera beatificación celebrada en la diócesis de Granada, presidida por el arzobispo de Sila, Monseño Angelo Amato, Prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, en representación del Papa Benedicto XVI. Numerosos obispos españoles participaron en esta celebración, además de diversas autoridades civiles y militares, así como Ileana Martínez, la mujer puertorriqueña afectada de un lupus incurable desde 1994 por cuya recuperación intercedió Fray Leopoldo ante el Señor.
Durante su homilía, Monseñor Amato destacó la “caridad, humildad y devoción mariana” como rasgos distintivos del que muchos conocen como el fraile limosnero. “El Beato Leopoldo era un hombre de Dios, humilde, bueno y caritativo, como el padre misericordioso del hijo pródigo del Evangelio. La Iglesia, cuando habla de bondad, no enseña una idea abstracta del bien, sino que ofrece ejemplos concretos de mujeres y de hombres en los que se puede contemplar el esplendor de la bondad. Fray Leopoldo era un hombre justo que, irradiando caridad y humildad, hacía posible una convivencia más humana en la Granada de su tiempo”, continúa Amato. “Su vida estuvo tejida de trabajo y de oración. Como hermano limosnero, se cargaba con las alforjas a las espaldas, como Jesús con la cruz, y así caminaba pidiendo limosna. Se hacía pobre para mantener a sus hermanos”.
Al término de la celebración, el arzobispo de Granada afirmó: “Dios nos sorprende siempre. En realidad, Dios es siempre la fuente y a la vez, en el fondo, el objeto, de ese asombro que es acaso el primer gesto específicamente humano ante la vida y la realidad”.