Peregrino a Nuestra Señora de Fátima

Benedicto XVI llega como peregrino que lleva a Portugal la “esperanza” en estos tiempos difíciles bajo el manto del mensaje de Fátima, «propuesta de sabiduría sobre la vida y el tratamiento justo de la sociedad». Preguntado sobre cómo la Iglesia debe reaccionar ante el escándalo de los abusos, el Papa ha señalado con valentía que «el perdón no reemplaza la justicia» y está convencido de que «a mayor persecución a la Iglesia no viene de enemigos de fuera, sino que nace de los pecados de la Iglesia».

El Papa da comienzo así a su visita apostólica de cuatro días a Portugal, el decimoquinto de su Pontificado, que culminará en Fátima. Fátima es un lugar muy importante para este Papa que tuvo una relación especial con los acontecimientos en Cova de Iria, porque se ocupó de ellos desde el punto de vista espiritual y teológico cuando era cardenal. A su llegada a Portugal, el Papa se ha presentado como un peregrino más a Nuestra Señora de Fátima y se ha referido al tercer secreto de Fátima como un llamamiento eterno, válido siempre, en pasado, presente y futuro, a la conversión, a la oración y la penitencia.

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