«Las palabras han tomado carne y sangre»

DON GIUSSANI / V ANIVERSARIO
11/02/2010 - 28º Aniversario de la Fraternidad de CL
Redacción

Monseñor Juan Antonio Reig Plá, obispo de la Diócesis de Alcalá de Henares, presidió la misa celebrada en la Catedral Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor. Publicamos algunos pasajes de su homilía.

«Las lecturas de la misa hablan del corazón del rey Salomón que se había torcido por culpa de sus mujeres que adoraban a otros dioses y le arrastraron a él también. Si de algo habla continuamente Giussani es del corazón. El corazón ha sido creado para el infinito, para Dios, y si se tuerce no alcanza esa plenitud, esa promesa que Dios nos hace. Giussani hace una propuesta para que esas expectativas del corazón lleguen a su plenitud, y nos ha enseñado, ha enseñado a la Iglesia, un método para ello, y es lo que aprendéis en ese ámbito educativo que es la escuela de comunidad, aunque es también para toda la Iglesia universal. De hecho, ya repetimos todos las palabras que Giussani ha regalado a la Iglesia. El papa Benedicto XVI de una manera particular continuamente las está usando. Hoy ya todos nos hemos acostumbrado a decir que “Cristo es un acontecimiento” y que hemos de buscar “el encuentro con ese acontecimiento, que es una persona”. Esto ya es una posesión pacífica dentro de la Iglesia y forma parte de la predicación de tantos sacerdotes, no sólo del movimiento. La Iglesia se enriquece con don Giussani, con la experiencia de los carismas que el Espíritu le regala.

Nosotros necesitamos que nuestro corazón sea continuamente purificado, como el de la Virgen María, y que podamos tener siempre delante, mediante ese encuentro que cambia y revoluciona todo, el rostro de Cristo y que, como decía Giussani, podamos ser contemporáneos suyos. ¿Y cómo podemos ser contemporáneos de Cristo? Eso nos lo regala la propia fe que hace que estos ojos sean agudos y vean a Cristo en el fondo de las cosas, las personas, los acontecimientos, etc. El Espíritu Santo nos da las arras y hace que, con esa luz y esa potencia iluminando nuestro corazón, nuestros ojos y nuestra mente sean capaces de ver. Y esto es un regalo muy grande. Cuando se da el encuentro real con Cristo uno ya no puede vivir más que para Jesucristo y sucede eso que comenta tantas veces Giussani de Andrés que uno se acuerda hasta de la hora. Ese encuentro cambia por completo la vida, y hace que uno sepa mirar de otra manera, sentir de otra manera, gustar de otra manera, etc. 

La historia reciente en la Iglesia ha cambiado mucho. La Iglesia necesitaba las palabras de don Giussani y de otras realidades que han crecido en los tiempos de Juan Pablo II y antes, para cambiar ese dualismo con que se vive la fe, esa separación con la vida, y ese moralismo que subraya todo lo que es pecado y no podemos hacer, y no el encuentro con Cristo, con la carne de Cristo que es la Iglesia».