Pedro tiene algo que contar

El chico no está muy ducho en francés, pero ¡hasta en francés le alcanza la presencia buena del Misterio!
Andrés Bello

Pedro no está muy ducho en francés porque es la primera vez que tiene esta asignatura. La profesora ha organizado una visita por la ciudad acompañados por un guía y los alumnos han tenido que preparar las explicaciones en francés para sus compañeros. Pedro ha asistido a la actividad.

Al día siguiente, veo a Pedro en el recreo que viene corriendo hacia mí. Tiene algo que contar. «¿Qué te ha pasado, Pedro, que te veo tan contento?». «Profe, he comprendido qué es una presencia, he tenido la experiencia de estar ante una presencia». Me explica: «Ayer hicimos la actividad de francés y mis compañeros, que llevan años estudiándolo, han preparado la explicación de los lugares de la ciudad que íbamos visitando. Estaba todo tan bien preparado, lo hicieron con tanta seriedad, era tan bello, que poco a poco me fui dando cuenta que estaba delante de otra cosa distinta que ellos, estaba ante una presencia, ante alguien que hacía todo aquello para mí».

Yo también estoy sorprendido por lo que me cuenta, sé que Pedro podría inventarse muchas cosas pero nunca ésta, por eso no quiero dejar la cosa ahí y le provoco a afinar el juicio: «¿Qué tuviste que hacer para darte cuenta de esa presencia. ¿Tuviste que esforzarse mucho, concentrarte quizá? ¿Cómo sabes que era real y no imaginada por ti?», le pregunto yo. Respuesta de Pedro: «Porque me sorprendí. En vez de volcar mis ideas sobre lo que estaba sucediendo, como suelo hacer, me dejé sorprender por algo que no hacía yo, que estaba allí, que se me daba y que se correspondía conmigo. Al terminar, me fui a mi casa contento y agradecido».