El Colegio San José

Argentina / Obras
Rodolfo Gallo

En Salta, en el norte de la Argentina, los chicos reciben formación básica y capacitación profesional. Para los responsables de esta obra educativa «todo nace del mismo origen: de la fe en Cristo nace la esperanza, y de la esperanza, las obras»

Cuando Monseñor Cargnello, Arzobispo de Salta (Argentina), nos propuso que nos hiciéramos cargo del Colegio San José, nos dijo “quiero que el carisma de don Giussani se plasme en ese Colegio”. Todo un reto para un grupo de amigos de CL de Salta, para mostrar que el Cristianismo es una propuesta apasionante y totalizadora para el hombre de hoy.

El Colegio San José nació hace 20 años, aledaño a una de las zonas más carenciadas de la ciudad de Salta, ubicada en el norte de la Argentina, como una propuesta educativa de la Iglesia para la promoción de tantos jóvenes que pueblan esta populosa área de la ciudad. El 80 % de los jóvenes que asisten a este colegio provienen de familias de escasos recursos, muchas de las cuales sufren el flagelo de la desocupación o el subempleo.



El Colegio, que tiene unos 300 alumnos secundarios, se desarrolla con la modalidad de “jornada completa” recibiendo los alumnos, además de la educación básica formal secundaria, capacitación en cuatro “Talleres Pre-ocupacionales y de Capacitación” en: Carpintería, Herrería, Textil y Producción Agropecuaria, ofreciendo a estos jóvenes, además de la educación formal, una salida laboral.

Desde que nos hicimos cargo de esta obra, el trabajo se fue multiplicando en todos los sectores, atendiendo a la realidad que teníamos delante, siguiendo el método, la guía y la educación que recibimos en el Movimiento. Puestos manos a la obra comenzamos con las necesidades más básicas de infraestructura: baños, arreglo de techos, pintura, terminación de sectores inconclusos, etc.; la capacitación de nuestros Docentes fue una prioridad que apoyamos desde el curso sobre “El Riesgo Educativo” que dictaron algunos amigos de “Universitas Argentina”, dedicado a nuestra propuesta educativa. Después, siguieron acciones de apoyo a diferentes actividades e iniciativas.

El lema “Una educación de excelencia para todos” dice la meta que nos propusimos para los chicos, centro y razón de existir del Colegio. Uno tras otro fuimos incorporando numerosos programas destinados a ellos: becas de Adopción a distancia a través de ACDI y la Fundación Ampuy, programas de incentivos como los de Junior Achivement, programas de Educación en el Amor, programa de viajes de estudio (emprendimientos productivos, Humahuaca, Córdoba, etc.); retiros y convivencias organizadas por nuestro equipo de Pastoral. Todo esto pensando en brindarles las mejores oportunidades (esta es la palabra clave) para nuestros jóvenes. Nuestro deseo es mostrarles que la vida es positiva, que vale la pena recorrer este camino educativo en compañía y que las respuestas que buscan para su existencia están al alcance de la mano.

El lugar donde podían hacer deportes era un campo totalmente inadecuado por ser un vertedero de desperdicios de las zonas circundantes; entonces, conseguimos un terreno recientemente acondicionado que llamamos Campo de Deportes Monseñor Luigi Giussani; inauguramos un laboratorio de informática con 10 ordenadores de última generación y una sala de video. Con ayuda oficial, conseguimos una obra de ampliación de 400 m2 que albergará a la administración del Colegio y completa el proyecto original.

La crisis económica golpeó, como a todos, a los padres de nuestros alumnos. Por ayudarles en sus necesidades nacieron los Talleres de Capacitación para Adultos, que se dictan en nuestro Colegio los sábados, aprovechando la infraestructura. Se trata de un paso más en la misión de brindar herramientas para la dignificación del hombre a través del trabajo. Ha sido conmovedor y educativo para todos participar del entusiasmo y esmero de estos adultos en los talleres. La palabra Esperanza empieza así a ser una realidad encarnada.
El entusiasmo del grupo que nos denominamos “Amigos del Colegio San José”, derivó en la reciente formación de la Fundación Camino Educativo, que tiene por objeto colaborar con el sostenimiento económico de esta obra de la Iglesia a través de diferentes acciones.

¿De dónde brota todo este torrente de acciones, trabajo y dedicación dirigida a estos jóvenes? Los que hemos tenido la gracia de conocer el carisma de don Giussani no podemos menos que proponerlo allí donde la Iglesia nos llama para la misión. No buscamos más que indicar con hechos que Cristo está presente ahora (¡ahora!) y que sigue siendo la respuesta más adecuada para las inquietudes y necesidades del hombre de hoy. Todos los que entregamos nuestros esfuerzos para esta obra estamos siendo educados en la obediencia y la gratuidad.
Los resultados son una consecuencia: se redujo la deserción escolar de un 16% al 1,3% y el Colegio ha hecho realidad el lema “Una educación de excelencia para todos”, integrándose, con una propuesta superadora, en todos los niveles sociales y todas las edades dentro de la Comunidad de la que forma parte geográficamente.
Todo nace del mismo origen: de la fe en Cristo, la esperanza y las obras.