La feria de Sharja (Foto Archivo Meeting)

En Rímini o en Emiratos, el corazón es el mismo

El Meeting de Rímini ha estado invitado a la mayor Feria del Libro del mundo, la de Sharja. Esto es lo que ha pasado
Paola Ronconi

El Meeting de Rímini ha salido de casa, del 4 al 7 de noviembre, con destino a Oriente, concretamente a Sharja, en los Emiratos Árabes, sede de la mayor feria internacional del libro del mundo, la International Book Fair de Sharja. Las cifras son impresionantes: 1.600 expositores con 1.300.000 títulos, 1.700.000 visitantes, 82 países presentes, más de 200 idiomas. La feria ha llegado este año a su edición número 41, curiosamente muy en sintonía con el Meeting, y ha tenido a Italia como invitado de honor.
La delegación que ha viajado desde Rímini, guiada por el presidente Bernhard Scholz, estaba formada por el director, Emmanuele Forlani, el profesor Wael Farouq, la redacción cultural del Meeting, el director de congresos Marco Aluigi, el astrofísico Marco Bersanelli y el bioquímico Giorgio Dieci. Ya es significativo que el Meeting fuera uno de los representantes del país de la bota, junto a otras entidades como la Universidad Católica del Sacro Cuore o la Biblioteca Ambrosiana. ¿Cuál es el punto de unión entre dos mundos aparentemente tan alejados? La tensión común por la belleza y el diálogo entre los pueblos.

Igual que en Rímini, también allí era considerable la presencia de jóvenes, signo de una atención educativa propia del ADN de esta feria. «En Sharja todos conocen la historia de su emir», contaba Farouq después de un viaje el año pasado, «que en su juventud, antes de que brotara petróleo de sus pozos, empeñó su puñal, sus joyas y su orgullo para comprar un libro, pues no tenía con qué pagar. El emir siempre decía que el orgullo reside en la conciencia y dedicó los recursos de su emirato a la educación y a la difusión de libros y obras de arte». No es difícil entender que «con ellos no hacían falta palabras para presentar el Meeting de Rímini».

Hubo dos momentos especiales para los representantes del Meeting: el encuentro “Meeting Rimini and its history” (“El Meeting de Rímini y su historia”, ndt.), donde Scholz y Forlani contaron qué es y de dónde nace, y “Faith and Science” (“Fe y ciencia”, ndt.), donde Bersanelli y Dieci hicieron un excurso sobre la historia de la naturaleza (el primero desde el punto de vista cosmológico, biológico el segundo) para llegar a ese punto de autoconciencia de la creación que es el hombre.
Una joven árabe, después del encuentro con Forlani e Scholz, contó su visita a Rímini antes de la pandemia. «Contaba, con un entusiasmo que nos ha sorprendido, su sorpresa por el tipo de humanidad que vio allí», cuenta Scholz. «Era conmovedor oír incluso a personas de primer nivel, como científicos y políticos del área mediterránea y del Golfo Pérsico, diciendo que para ellos el Meeting era un punto de esperanza».



«He visto un lugar con una humanidad inesperadamente rica y diversificada», afirma Bersanelli. «Te cruzabas con gente de todas las edades y razas, con velo o sin velo, turistas o profesionales, por la ciudad que se considera la capital cultural de Emiratos. Incluso en el ámbito del encuentro científico, se prestaba una gran atención, como pudimos ver después en el diálogo».

La suya fue una intervención con dos voces sobre la relación entre ciencia y fe: el origen del mundo y de la vida en relación a la fe. Giorgio Dieci, que estudia biología molecular, «abordó en Sahrja la complejidad que subyace en la vida y describió cómo la naturaleza de algo que vive coincide con el emerger de algo que es signo de otra cosa», continúa Bersanelli. «Estos fragmentos de materia que en el hombre se convierten en exigencia de un significado último proceden de una historia de 13.800 millones de años, desde que las primeras estructuras, las estrellas, “hornearon” estos elementos, poniendo las primeras teselas a la historia de la naturaleza. El hombre es el culmen donde este significado último se hace consciente».

Ninguno de los dos científicos censuró las grandes preguntas religiosas y existenciales. «En ese punto», añade Bersanelli, «fue muy bonito ver cómo sus preguntas son las mismas que las nuestras, tenemos la misma postura y la misma espera cuando estamos delante del Misterio o del significado de una esperanza. Era impresionante ver que en el encuentro con algo diferente prevalece ese punto en común que es el sentido religioso, la apertura a la verdad y a la belleza que identifica la naturaleza humana».

Algunos profesores universitarios, organizadores de la feria y profesores, después del encuentro se quedaron para entender mejor la realidad del Meeting, lo que propone y su origen. «El sentimiento que deja una experiencia así es el de querer secundar lo que ha sucedido allí», concluye Bersanelli. «Éramos una gota en un océano desconocido, pero con el deseo de repetir y profundizar en la verdad de esos momentos, poder ver que de ahí también nace una historia. Así que hemos invitado “a nuestra casa” a los que nos escucharon allí, así como a los responsables de la Feria». La próxima cita será pues en el Meeting 2023.