Un momento de la Youth Conference de Praga

«Que tengáis ojos grandes»

Se ha celebrado en Praga la Youth Conference de los jóvenes europeos. Entre los organizadores del evento estaba David Macek, que nos cuenta cómo surgió y su sorpresa ante el mensaje del Papa
David Macek

Del 11 al 13 de julio se celebró en Praga la primera Youth Conference de jóvenes europeos, promovida por el Parlamento de Estrasburgo durante la presidencia checa. Ha sido un evento en el que me he implicado en primera línea por mi trabajo en el Instituto Pedagógico Nacional (NPI) del Ministerio de Educación de la República Checa. Fueron tres días de encuentros y diálogo entre doscientos jóvenes procedentes de los 27 países de la UE y de Ucrania, a los que el papa Francisco envió un mensaje.
En este contexto he podido volver a experimentar lo que significa verificar de manera concreta la pertinencia de la fe en las exigencias de la vida. Pocas cosas me llenan más de alegría, satisfacción y entusiasmo creativo que poder verificar esto ante mis propios ojos. No solo a nivel personal, sino también social.

En otoño de 2020, seguí por streaming un diálogo entre el secretario de la Congregación para la Educación católica, monseñor Angelo Zani, y Julián Carrón a partir de su libro Educación. Comunicación de uno mismo, como contribución al Pacto educativo global promovido por el Papa. Ese diálogo entre Zani y Carrón me llamó tanto la atención que me fui de Brno, donde yo vivo, hasta Praga para contárselo a un amigo que acababa de entrar en la dirección del NPI. Él, al que yo definiría como un “ateo sencillo”, y su vice me escucharon y preguntaron durante dos horas. Según les iba contando, veíamos que las prioridades de Francisco a nivel educativo eran las mismas que tenían ellos en su proyecto de reforma. «¡Así que el Papa te manda a ayudarnos!», exclamaron sonriendo. Seguimos en contacto y mientras tanto pasé el proceso de selección para entrar yo también en el NPI, siguiendo mi deseo de permanecer fiel a ese encuentro y a esa intuición, y profundizar en ellos. Me encargaron la gestión de las relaciones internacionales y una de las sedes regionales del Instituto.

David Macek entrega al papa Francisco el libro ''Educación. Comunicación de uno mismo''

Por aquel entonces se acercaba el turno de presidencia checa en el Consejo de la UE. Después de hablar con Carrón y con otros amigos, organicé un viaje a Italia con mis jefes, que pudieron visitar algunas realidades que han nacido de la experiencia del movimiento (Cometa, la Fundación Sacro Cuore, la CdO…) y conocer gente que se dedica a la educación.
Durante ese viaje también pudimos ver al Papa, al que le presentamos la idea de profundizar en su Pacto educativo global con ocasión del evento más importante de la presidencia checa en el Consejo de la UE en el ámbito de la educación y los jóvenes, a mediados de 2022. «Lo estáis haciendo bien», nos dijo el Santo Padre. También pudimos vernos con Zani, que nos ayudó a entender aún mejor el background interreligioso del Pacto y se comprometió a promover nuestra iniciativa.

Como nos parecía que es la forma más natural para los jóvenes de hoy, le pedimos al Papa que nos enviara un breve mensaje en video. Sin embargo, la víspera del evento, Francisco decidió escribir una carta inesperadamente larga (https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2022/07/11/0528/01069.html#es), personal, cuidadosamente estructurada y motivacional para los jóvenes europeos. Los chavales se quedaron impactados. Francisco iba directo a sus deseos y expectativas, hasta el punto de que parecía una síntesis anticipada de lo que iban a vivir esos días. Además, era el primer encuentro presencial entre los jóvenes europeos después de la pandemia.

«Sois jóvenes atentos, menos ideologizados, acostumbrados a estudiar en otros países europeos, abiertos a las experiencias de voluntariado, sensibles a las cuestiones medioambientales. Por eso siento que hay esperanza», escribe el Papa, consciente de que muchos se implicaron durante la pandemia en actividades de voluntariado para responder a las muchas necesidades que surgieron. «Sin embargo, viendo cómo va este mundo dirigido por los adultos y los mayores, parece que tal vez deberíais ser vosotros los que educarais a los adultos en la fraternidad y la convivencia pacífica. ¡Haced que se oiga vuestra voz! Si no os escuchan, gritad aún más fuerte, haced ruido, tenéis todo el derecho a opinar sobre lo que concierne a vuestro futuro. Os animo a ser emprendedores, creativos y críticos».

Esas palabras tomaron cuerpo en los diversos grupos de trabajo que se sucedieron en esos tres días, sobre todo en relación a dos temas. El primero, la inclusión o, como dice Francisco en su carta, «abrirse a la acogida: no dejarse arrastrar por ideologías miopes que quieren mostraros al otro, al que es diferente, como un enemigo. El otro es una riqueza». Nos invita a retomar la Fratelli tutti y el Documento sobre la fraternidad humana que firmó con el gran imán de Al-Azhar, destacando la necesidad de la educación «no solo para “conocerse a sí mismo”, sino también para conocer al otro».

El segundo ámbito de profundización, también señalado por Francisco, se refiere a la sostenibilidad y el medio ambiente. «Ojalá que tengáis “ojos grandes” para ver al resto de la humanidad, que no se reduce a la pequeña Europa; que aspiréis a una vida digna y sobria, sin lujos ni derroches, para que todos puedan habitar el mundo con dignidad».

Los invitados especiales de esta conferencia fueron los miembros de la delegación ucraniana, cuya presencia también daba ideas para la próxima conferencia, que ya está preparando Suecia con una atención especial al llamamiento del Papa sobre el vínculo entre paz y educación en la fraternidad. «En Ucrania —que no es la UE, pero sí Europa— se libra una guerra absurda. Sumado a los numerosos conflictos que tienen lugar en diferentes regiones del mundo, se hace más urgente un Pacto Educativo que eduque a todos en la fraternidad. En casos como este, es legítimo rebelarse», afirma Francisco, indicando los ejemplos del beato Franz Jägerstätter y el teólogo protestante Dietrich Bonhöffer, que fueron mártires por negarse a participar del terror nazi.

«Queridos jóvenes europeos, os invito a mirar más allá, hacia arriba, a buscar siempre el sentido de vuestra vida, vuestro origen, vuestro fin, la Verdad, porque si no se busca la Verdad no se puede vivir. Caminad con los pies bien puestos en la tierra, pero con la mirada amplia, abierta al horizonte, al cielo», añade el Papa. «Que seáis jóvenes generadores, capaces de generar nuevas ideas, nuevas visiones del mundo, de la economía, de la política, de la convivencia social; pero no solo nuevas ideas, sino sobre todo nuevos caminos, para recorrerlos juntos. ¡Y que también podáis ser generosos al generar nuevas vidas, siempre y solo por amor! Amor a vuestro esposo y a vuestra esposa, amor a vuestra familia, amor a vuestros hijos, y también amor a Europa, para que sea para todos una tierra de paz, de libertad y de dignidad».