«Poned vuestro corazón en lo que hacéis»

Crónica de la presentación en Madrid del libro del mes de mayo, Todo lo he hecho para ser feliz. Enzo Picinini, historia de un cirujano insólito
Inmaculada Navas

«¿Novedades?». Así empezaba muchas veces la jornada de los amigos y compañeros de trabajo de Enzo Piccinini, cirujano italiano de la región de Emilia-Romagna que vivió a finales del siglo XX. Su pasión y su forma de vivir no dejó indiferente a aquellos que le conocieron, en particular a aquellos que compartieron su trabajo con él y que todavía hablan del “método Enzo”.

El 21 de abril de 2022 se celebró en el salón de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de Madrid un encuentro para presentar el libro de Marco Bardazzi sobre la vida de Enzo, Todo lo he hecho para ser feliz. Enzo Picinini, historia de un cirujano insólito (Ediciones Encuentro). Pero, ¿qué era tan insólito en Enzo? Vamos a intentar descubrirlo un poco a través de los ponentes del encuentro.

En primer lugar, Marco Bardazzi, periodista y escritor italiano, contó cómo había ido uno por uno hablando con los amigos y colaboradores de Enzo, aquellos que habían sido testigos de lo que Enzo vivía. Descubrió a una persona que encontró a un padre (Luigi Giussani), gracias al cual entendió que no nos hacemos solos, que es necesario tener a alguien a quien mirar. La figura de don Giussani marcó fuertemente la personalidad y trayectoria de Enzo, hasta el punto de identificar en él al más importante de sus maestros, más aún que el maestro cirujano al que inicialmente seguía y admiraba.

Adolfo López Buenadicha, cirujano general y digestivo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, compartió con la audiencia su impresión y experiencias después de haber leído el libro y conocer así la figura de Enzo. La perspectiva del cirujano es muy interesante, porque siendo una profesión en la que es fácil dedicarse a buscar el éxito a través de una cierta habilidad y capacitación profesional, pone en valor la propuesta de Enzo de hacer un trabajo multidisciplinar, con el objetivo de curar o al menos ofrecer el mejor tratamiento al paciente.

Adolfo describió el “método Enzo” como la fusión entre el método científico americano y el pensamiento católico (basado en la búsqueda de maestros entre otras cosas). Pero, ¿qué características tiene este nuevo método? En primer lugar, la honestidad con el paciente, que debe conocer la gravedad y el pronóstico de la enfermedad, así como los riesgos que asume y posibilidades de recuperación. También destacó la pasión que es necesario poner en todo. «Me gustaría hacer una gran invitación: poned vuestro corazón en lo que hacéis. Esa es la ley que debemos tener en nuestro interior, con los amigos, la mujer o los compañeros de trabajo» (p. 196 del libro). Por último, destacó la importancia que Enzo da a no recorrer el camino solo, siempre estar rodeado de “hijos”, a los que por otro lado lanza al mundo a aprender y a aportar ideas nuevas. «Su actitud hacia el equipo no era la de mantener a todos cerca y obligarles a imitarle. Se trataba de un enfoque diferente: “Salid al mundo, aprended cosas nuevas, volved aquí para enseñármelas y luego las haremos juntos”» (p. 120).

Adolfo leyó el libro mientras desarrollaba su trabajo, mientras él mismo se enfrentaba a circunstancias no menos complejas que las que afrontaba Enzo cada día. Compartió con la audiencia su experiencia cuidando a algunos de sus pacientes, traspasada ya por el deseo de introducir esta nueva perspectiva.

Por último, Pietro Piccinini, el único hijo varón de Enzo, nos dio algunas claves de lo que su padre vivía, desde la perspectiva de la familia. Para Pietro, su padre era una presencia fundamental (aunque según él mismo dijo, no le veían mucho). Pero, ¿cómo puede ser? Pues por la intensidad de los momentos que estaban con él, por la intensidad de la vida que veían en su padre. Pietro recuerda la figura de su padre con sus amigos, que no eran los más perfectos, pero sí los más vivos. «Era un espectáculo verlos juntos… con él parecía que siempre estabas en el lugar más importante del mundo». Habló de la relación con don Giussani, que sostenía no solo la figura de Enzo, sino la de su mujer, Fiorisa, y toda la familia. En la página 169 del libro, se relata cómo don Giussani, destrozado por la muerte de Enzo, le dice a su viuda y a sus hijos: «Os pido, por caridad, que a partir de ahora nos consideréis como vuestra familia».

Como señaló Marco al principio del encuentro, Enzo había descubierto a los 19 años el secreto de la felicidad, y todo el tiempo después fue para desarrollarlo. El mensaje que don Giussani mandó a las comunidades de CL de todo el mundo después de la muerte de Enzo (a la temprana edad de 48 años) decía: «Enzo ha sido un hombre que, desde la intuición que tuvo dialogando conmigo hace treinta años, dijo su “sí” a Cristo con una dedicación asombrosa, con una perspectiva inteligente e integral, y ha centrado toda su vida en Cristo y en su Iglesia. Lo más impresionante para mí es que su adhesión a Cristo fue tan totalizante que no ha habido día en que no buscara de todas las formas posibles la gloria humana de Cristo».

Con este libro tenemos la oportunidad de volverlo a descubrir.