El cartel del curso sobre "El sentido religioso" de Bergamo

Bergamo. Una clase sobre "el sentido religioso"

Una serie de actos organizados por la asociación Bergamo Incontra sobre el primer libro del curso básico de don Giussani. Para aprender a afrontar la vida a partir de este texto
Paola Ronconi

Quinientos inscritos, más de cuatrocientas personas en los dos primeros actos. No se esperaban tanta gente. Igual es porque, como decía el sociólogo Ulrich Beck, «más allá de cualquier antagonismo, la mayoría de la gente, en cualquier continente, está de acuerdo con esta frase: “Ya no entiendo el mundo”». Si eso es verdad, la pregunta "¿Cómo se puede vivir?”, que la asociación Bergamo Incontra ha lanzado como lema, identifica perfectamente una delicada cuestión de nuestra época. El título de esta serie de actos retoma el título del primer libro del curso básico del cristianismo de don Giussani, El sentido religioso. A este texto en concreto, considerado el "corazón" del pensamiento del fundador del movimiento de CL, Julián Carrón hace referencia a menudo. Es más, «en una Escuela de comunidad del año pasado, dijo que es evidente que no conocemos El sentido religioso por el hecho de que no partimos de ese texto a la hora de afrontar la realidad». Para Davide Settoni, licenciado en Ingeniería, joven de Novara que vive en Bergamo, «era un signo más de que yo este libro, efectivamente, lo conocía muy poco. Durante una cena, lo pusimos sobre la mesa con otros amigos de la comunidad de Bergamo». Hace falta alguien que nos lo explique. O mejor dicho: alguien que nos enseñe, carnalmente, ese texto.

«La idea inicial era una serie de actos, uno por cada premisa del libro: "Realismo", "Razón"; "Moralidad"», cuenta Michele Campiotti, responsable de la comunidad de Bergamo. Sin embargo, pensándolo mejor, «no era posible no abordar también los capítulos quinto y décimo: ¿qué satisface verdaderamente las preguntas más profundas del hombre? Y si la tarea de la realidad es despertar las preguntas últimas, ¿de dónde salen? ¿Y cómo se reaviva la esperanza?». Continúa Michele: «Queríamos organizar una iniciativa pública, abierta a toda la ciudad. "Organizamos un curso de pago. Un pequeño grupo, pero gente interesada de verdad", dijimos». No tardaron mucho en encontrar los patrocinadores, un espacio publicitario en el periódico local, Eco di Bergamo, contactaron con la pastoral universitaria y presentaron el programa en la junta para conseguir el patrocinio. Algunos creían que el título era demasiado arrogante, sin embargo, tuvieron que replanteárselo cuando el 21 de diciembre empezó el curso en el Centro de conferencias Juan XXIII y se apuntaron 500 personas, «de las cuales, por lo menos, el 30 por ciento no era del movimiento, y muchos estudiantes», dice Michela Milesi.

El acto con Carmine Di Martino

El primer acto estuvo presidido por Carmine Di Martino, profesor de Filosofía teórica en la Universidad Estatal de Milán. En el segundo intervino el sacerdote Stefano Alberto, que desde hace más de veinte años es catedrático de Teología en la Universidad Católica de Milán. Ambos actos constaron de una clase y, en la segunda parte, de una asamblea abierta con preguntas del público.

«El itinerario de las tres premisas es suficiente para entenderlo todo, es un itinerario de conocimiento», dice Davide. «Es lo que más impacta a la gente que ha venido sin ser del movimiento. Di Martino, por ejemplo, ha explicado muy bien qué es el corazón: ha hablado de una "caja negra", de algo que todo el mundo tiene y que es imposible manipular. Eso permite poder empezar a mirar a los demás, a todos, como personas que comparten un mismo corazón, un corazón como el nuestro. Una amiga nuestra invitó a dos amigas. Una vino, la otra: "No, no voy porque será el típico acto sobre fe y cristianismo que a mí no me interesa". La que vino se quedó impactada: “he visto que estaban hablando de algo que no tiene que ver solo con la fe, sino con toda mi vida”. Compró un ejemplar de El sentido religioso y se lo llevó a la otra chica diciéndole: "Deberías ir, estos encuentros son una ayuda para todo"».

El Centro de conferencias Juan XXIII de Bergamo

«Entre un acto y el siguiente, quedamos unos treinta para ver juntos "qué tal había ido", y para formular preguntas que pudieran resultar útiles pensando en el siguiente ponente», cuenta Michela. «Es un momento abierto a todos los que participan. Incluso a los que nunca han oído hablar del "sentido religioso"», pero ojalá, gracias a estas veladas, sientan la urgencia de preguntarse sobre el sentido del vivir y vislumbrar algo verdadero en este momento actual, de profunda incertidumbre y "fluctuaciones" existenciales.