Chiara Corbella. La promesa de una vida plena

Joven esposa y madre, murió en 2012 por permitir nacer a Francesco. La alegría de su “sí” a Cristo sigue generando hijos hoy. Seis años después, la diócesis de Roma da el primer paso hacia la beatificación
Piergiorgio Greco

«Después de la resurrección, ya no se volvió a ver a Jesús. Se le veía en la vida de aquellos a los que él había elegido. Se le veía en Pedro, Juan, Santiago… Gente con la vida cambiada. Seguían siendo los mismos pero ya no eran iguales. Del mismo modo, nosotros vemos la vida de Chiara en Enrico, en Francesco y en tanta gente con la vida cambiada, porque les ha cambiado la vida por su testimonio».

Chiara Corbella Petrillo sigue viva en los ojos de quienes compartieron su existencia, una esposa y madre que subió al Cielo a los 28 años por una enfermedad que no quiso tratar para permitir el nacimiento de su hijo Francesco. Su marido Enrico, su padre espiritual el hermano Vito, sus muchos amigos en Roma y Asís, sus familiares no han querido guardarse esta vida para ellos. Todos son coautores de un libro editado en Italia con el título Pequeños pasos posibles, después de Nacemos para no morir nunca, que narra su historia y que está también editado en español por Palabra. Una historia que retomamos ahora que la diócesis de Roma ha abierto la causa de beatificación de Chiara.

El título del nuevo libro donde hablan los que la conocieron se debe al método que los franciscanos enseñaron a la joven pareja formada por Chiara y Enrico durante su noviazgo. «Para llegar al Señor no tienes que correr ni tampoco caminar demasiado lento. Debes mantener un paso constante, continuo, y sobre todo en el presente, porque el cansancio viene cuando piensas en el pasado y en el futuro, mientras que si caminas pensando tan solo en el pequeño paso posible ahora para ti, en un momento dado llegas a la meta y puedes decir: “¡Increíble, ya he llegado! ¡Gracias, Señor!”».

Gracias a pequeños pasos posibles, la cruz se va desvelando progresivamente como leticia y la vida, como un continuo descubrimiento de la gracia. Ante los cientos de personas que participaron en la última peregrinación a Medjugorje antes de que ella muriera, Chiara dijo: «Señor, estoy aquí para pedir la gracia de vivir tu Gracia», antes incluso que la curación. Y el Señor escuchó su petición porque, como cuenta el padre Vito, «Dios realiza sus proyectos de bien, sus promesas, por caminos que tú no conoces. Dios no prometió a Chiara y Enrico hijos sanos (...) ni las bodas de plata. (...) A Chiara y Enrico, Dios les hizo una promesa el día de su boda (...) les prometió una vida plena, pero cómo lo cumplirá es algo que solo Él sabe».

A esta casa fundada sobre roca llegaron primero Maria Letizia y luego Davide Giovanni. Nacieron para morir inmediatamente por malformaciones graves. Y en esa misma casa entró también el “dragón”: un extraño y agresivo tumor en la lengua que descubrieron cuando Chiara estaba esperando a Francesco, y que no trataron hasta después de que naciera el bebé. Chiara subió al Cielo el 13 de junio de 2012.

El sacramento del matrimonio resulta una experiencia crucial para comprender la historia de Chiara y Enrico. Su marido recuerda que «ella, unos meses antes de morir, ya en estado terminal, me dijo: “Lo que más me cuesta dejar eres tú, Enrico, más que Francesco. Yo te elegí a ti, quería envejecer contigo”». Hoy son muchos los hijos de Chiara, en Italia y en el resto del mundo. En su tumba nunca faltan flores. En los ojos de una chica de 28 años que supo decir sí y en el corazón de aquellos que la conocen, Cristo se hace presente. A nosotros solo nos queda mendigar «la gracia de vivir su Gracia».

Nacemos para no morir nunca
La historia de Chiara Corbella Petrillo
Simone Troisi, Cristiana Paccini
Ed. Palabra
pp. 160 – 12,90€