La Marina de Loano

Loano, el Meeting y el hombre que vive

Massimo Recalcati y Francesco Rutelli, el padre Marco Pozza y Silvio Cattarina. Oscar Giannino, Wael Farouq y Luigi Ballerini. En Liguria han calentado los motores para el encuentro de Rímini. Descubriendo cuáles son las fuerzas que mueven la historia
Paolo Desalvo

Del 4 al 8 de julio, en el espléndido marco de la Marina de Loano, se ha desarrollado la tercera edición del pre Meeting, iniciativa promovida por el Centro cultural Cara Beltà de Varigotti y el Banco de Solidaridad del Santo Padre de Loano. Su finalidad: anticipar y profundizar alguno de los temas que se tratarán en el Meeting de Rímini. Para este encuentro el lema es el mismo, “Las fuerzas que mueven la historia son las mismas que hacen feliz al hombre”.

La velada inaugural se abrió con el saludo de monseñor Guglielmo Borghetti, que introdujo el primer encuentro, “El protagonista de la historia es el hombre que vive”. El obispo de Albenga Imperia subrayó que el ser humano está llamado a realizarse en la historia, precisamente porque la palabra protagonista, en su etimología, significa luchador, y la historia tiene un sentido y se llama Jesucristo.

Justo después se entraba en el meollo del tema con Francesco Rutelli, ya pluriministro y alcalde de Roma, y Giorgio Vittadini, presidente de la Fondazione Sussidiarietà, moderados por Emilia Guarnieri, presidenta de la Fondazione Meeting. Aun partiendo de experiencias distintas, los dos ponentes pusieron de manifiesto cómo este tiempo está a merced de lo inmediato, con una impaciencia que hace imposible captar el sentido de la historia. Pero el protagonista de la historia es el hombre que vive el presente conforme al todo, con la conciencia de que toda vida arroja una semilla que dará frutos en un tiempo que no es el nuestro.

Francesco Rutelli y Giorgio Vittadini

Al día siguiente, el padre Marco Pozza, capellán de la cárcel “Due Palazzi” de Padua, fue el protagonista del encuentro “No dejéis solos a los soñadores”. Este sacerdote habló de su experiencia entre los presos. Muchas historias dramáticas y difíciles como la de Iacopo, que en la misma cárcel ha encontrado el camino de la esperanza y de la vida, hasta pedir el Bautismo, testimoniando que también «una vida llena de dolor y soledad puede volver a empezar gracias a un encuentro, lo que hace a la persona protagonista de la historia».

El viernes 6 de julio Silvio Cattarina y algunas chicas de la comunidad de rehabilitación de drogodependientes L’imprevisto participaron en el encuentro “Un imprevisto es la única esperanza”. Cattarina subrayó que «la gran batalla cotidiana con los jóvenes de su comunidad tiene que ver con la concepción que tienen de sí mismos: no han venido al mundo para la nada, sino para algo grande». El bien, lo positivo de la vida, es mucho más grande que el mal recibido.

El público de Loano

En el encuentro de la tarde, Massimo Recalcati desarrolló una lección sobre “La prisión del sacrificio”. El psicoanalista describió cómo la ideología del sacrificio impregna todo ámbito humano. «El hombre a menudo busca el sufrimiento en nombre de una vida más grande que le será dada en un futuro». Todo esto ha calado no poco también en una cierta concepción cristiana de la vida, entendida como sacrificio y no como persecución de la Belleza. Otro tema que afrontó: si el deseo no coincide con el deber, la realidad se hace pesada y fatigosa, pero el destino del hombre es hacer coincidir lo que se ha de cumplir con uno mismo, de manera que no esté dividido entre deseo y deber. Para esto citó a San Agustín: «Ama y haz lo que quieras».

El sábado 7 de julio el periodista Giorgio Paolucci y Wael Farouq, docente de lengua árabe en la Universidad Católica de Milán, hablaron sobre “Migrantes, el desafío del encuentro”. Paolucci explicó con cifras y datos que no somos víctimas de una invasión de prófugos sino que, más bien, «este movimiento en muchos aspectos imparable nace del deseo del hombre que busca lo mejor y el bien para sí y los que ama». Farouq recordó que «estos jóvenes de la segunda generación de inmigrantes, nacidos en Italia, son italianos a todos los efectos» y piden vivir en nuestro país como protagonistas y no como gregarios; historias de jóvenes que desean construir.

Marco Pozza

A las 21 horas el periodista económico Oscar Gianinno y Emmanuele Forlani, investigador de Economía política en la Universidad de Bolonia, razonaron sobre el tema “No solo números, la economía y las necesidades del hombre”. Giannino y Forlani nos ayudaron a profundizar en temas económicos no partiendo solamente del debate tan italiano del gasto público, tasación, relación déficit/PIB, sino del hecho de que, en los últimos cuarenta años, en el mundo la calidad de la vida ha mejorado sensiblemente y se ha dado una esperanza incluso a los más pobres. Un hombre realizado en sus deseos, se dijo, es capaz de creatividad y de ser constructivo en el trabajo.

El domingo Luigi Ballerini, escritor y psicoanalista, cerró el festival ligur con el encuentro “Emergencia educativa: construir (o no) el futuro de un pueblo”. Explicó que es necesario «ofrecer a los jóvenes la realidad y una experiencia de vida positiva, plena, no solo quitarles determinadas cosas por miedo a que se hagan daño». Porque esta es la generación de jóvenes más controlada y al mismo tiempo la más abandonada. Hace falta por tanto ayudarles a usar su libertad para que lleguen a ser autónomos, pero no independientes.
En ninguno de los encuentros faltaron preguntas y observaciones por parte del público.

Apagados los focos, pensando en la afluencia y en la atención prestada a todos los encuentros propuestos, espectáculos incluidos, nos vienen a la cabeza las palabras de Italo Calvino: «El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio».

Hacen falta hombres apasionados por lo verdadero e incansables testigos de la verdad que han encontrado y viven, exactamente como los que hemos podido conocer estos días. Y que veremos de nuevo en agosto en el Meeting de Rímini.