Davide Prosperi y el papa Francisco en la audiencia del 15 de octubre de 2022 por el centenario de don Giussani (Catholic Press Photo)

Prosperi. «La fe ofrece una mirada nueva al mundo»

La vida del movimiento y los pasos clave de los últimos años, incluyendo la relación con la política y la cultura. Una entrevista del “Corriere della Sera” con el presidente de la Fraternidad de CL
Marco Ascione

«Comunión y Liberación no va a renunciar a dar su propio juicio sobre la realidad». Davide Prosperi es un bioquímico de 52 años, profesor en la Universidad Bicocca de Milán y especialista en Nanomedicina. Milanés, casado, padre de cuatro hijos y con un hermano cura. Discreto y poco conocido para el gran público, desde el 27 de noviembre de 2021 ocupa el escaño más alto en la Fraternidad de CL. Hoy, dos años y medio después de su nombramiento, acepta hablar de la relación con la política de un movimiento que ha estado en el foco de atención por su papel en la arena pública. Y de la herencia de su predecesor, el teólogo español Julián Carrón.

Profesor, ¿qué es actualmente el movimiento que fundó Luigi Giussani?
Lo que ha sido siempre, la propuesta de una amistad que tiene un único objetivo: vivir y testimoniar el acontecimiento cristiano. Una propuesta sencilla y abierta a todos, que se hizo atractiva con don Giussani y que en setenta años ha arraigado en 90 países.

Pero también se refleja la imagen de un movimiento dividido. Tal vez en busca de autor. ¿Por qué el paso del teólogo español Julián Carrón a usted ha creado tensiones tan palpables?
Yo no hablaría de un movimiento dividido. La Iglesia está pidiendo a todos los movimientos un paso de madurez que entre otras cosas implica nuevas formas de elección de un guía tras la muerte de los fundadores. Por nuestra parte, la inesperada dimisión anticipada de Carrón causó algunos traumas. Entonces no fui partícipe de esa decisión, pero el motivo que él dio de querer dejar más libre al movimiento para seguir las indicaciones de la Iglesia me pareció acertado.

¿Qué pasó entonces?
Por lo que sigo viendo, lamentablemente no todos han comprendido esa decisión y, en efecto, a algunos les cuesta aceptar los cambios. Dicho esto, el movimiento es mucho más grande que quien lo guía. Confío en que todos participen todo lo posible en el camino que estamos haciendo ahora. Cada uno pone su ladrillo, que se apoya siempre en el que ha puesto el anterior.

Ha afirmado usted, parafraseando el pensamiento de su predecesor, que la belleza –de la fe, se entiende– no solo puede ser «desarmada», como él decía, sino también «armada». Es una palabra fuerte, ¿es un nuevo paso de CL?
La belleza del cristianismo es desarmada porque no necesita ningún poder para imponerse. Pero decía que en cierto sentido también puede ser “armada”. No porque sea beligerante, sino porque plantea un significado. Cristo, que es el significado de todas las cosas, salva al mundo oponiéndose a veces a las lógicas del mundo. La propuesta de don Giussani nos ha atraído justamente porque es un anuncio cristiano integral, sin rebajas. Y sin ceder a la tentación de tomar solo fragmentos de verdad, ni siquiera los que resultan más cómodos o favorecen el consenso. La experiencia nos dice que así, al final, las cuentas de la vida no cuadran.

La Fraternidad, en el ámbito político, ha estado mucho tiempo cercana a la Democracia Cristiana y después a Forza Italia. Luego vino el intento de Carrón de desmarcar a CL. Hoy muchos políticos que se han educado con ustedes militan en Fratelli d’Italia. ¿Significa eso que, para la cúpula, el de Meloni es un partido al que mirar?
No comparto lo que dice sobre la militancia, me parece que hay una representación repartida entre varios partidos. Puede decirse que en las últimas décadas tal vez hemos encontrado mayor consonancia y espacio de acción en un ámbito digamos moderado, pero no faltan personas cercanas a nuestra historia que están implicadas en otros ámbitos. Sin olvidar ciertas experiencias institucionales muy relevantes. Entre los objetivos de CL no está el de identificarse con un partido y el compromiso político siempre es personal y libre. Lo que une es el juicio que dicta la fe sobre la realidad. Dentro de esa unidad, incluso en política, es donde se testimonia la humanidad nueva que trae Cristo. No vamos a renunciar a ese testimonio.

¿Tampoco ha hablado con el diputado de FdI y miembro de CL Lorenzo Malagola, autor de la enmienda sobre el aborto y la presencia de grupos pro-vida en las clínicas?
He conocido su iniciativa por la prensa. CL no guía las iniciativas de los políticos sobre la agenda católica. Dicho esto, la fe no está separada de la realidad y ofrece una mirada nueva al mundo. La cuestión antropológica es uno de nuestros focos de atención.

Entonces, ¿están de acuerdo con Malagola y darán batalla en cuestiones como el aborto y la eutanasia? Se trata de una cuestión muy discutida dentro del centro-derecho. En materia de derechos civiles, Marina Berlusconi, por ejemplo, se siente más «en sintonía con la izquierda con sentido común».
Sobre estos temas no nos separamos ni un milímetro de lo que siempre ha dicho la Iglesia. Los políticos, que hagan política. No vamos a ir buscando el enfrentamiento en todos los ámbitos, pero nos interesa profundizar y mostrar la conveniencia de la visión cristiana de la vida para todos. Y defender la libertad de poder hacerlo, también públicamente.

El Meeting es un gran escaparate cultural. También suele serlo para el gobierno de turno. La primera ministra fue muy aplaudida por el público de CL hace dos años. ¿Volverá este año?
No lo sé, no participo en estas decisiones, sobre las que el Meeting tiene su propia autonomía. Pero permítame decir que el Meeting es mucho más que un escaparate político. Es una de las expresiones culturales más significativas que nacen de la experiencia de esa pertinencia de la fe en la vida de la que hablaba. Respecto a los aplausos, le diré que el público del Meeting es un público inteligente y si aplaude es porque aprueba lo que oye o al menos lo encuentra interesante. Hay otros primeros ministros que han recibido aplausos, y también se ha criticado a alguno.

¿Qué relación tiene CL con la Compañía de las Obras, definida tradicionalmente como el brazo económico del movimiento? ¿Y por qué ha sido precisamente la CdO, y no ustedes directamente, quien se ha posicionado ante las elecciones europeas?
Es exactamente igual que el Meeting. Tiene un origen común, pero el mismo espacio de autonomía y libertad. Por otra parte, la CdO también engloba a mucha gente que no es de CL. Por eso no es correcta esa definición que menciona, aunque lamentablemente es habitual. En cuanto al documento publicado antes de las elecciones europeas, forma parte de nuestro método educativo valorar a quien arriesga un juicio que consideramos verdadero y proponerlo para todos.

Por la razón que sea, Roberto Formigoni no se ha presentado a las europeas. ¿A usted le ha disgustado o le ha aliviado?
El juicio sobre Formigoni no puede reducirse a su proceso y hay que reconocer sus méritos, como el intento de aplicar el principio de subsidiariedad con las reformas que hizo en Lombardía. Pero cada uno tiene una trayectoria y las tareas de la vida pueden cambiar. Ahora, por ejemplo, podría transmitir a los jóvenes muchos aspectos positivos de su experiencia política.

Al papa Francisco se le considera un juez severo con los movimientos, ha vuelto a decirles: «no os miréis al ombligo». ¿Cómo piensa responder a esta petición?
Mi experiencia en relación con él es justo lo contrario de lo que usted dice. Personalmente, siempre he encontrado en él una confrontación afectuosa y paternal. Como todos los padres, a veces te corrige para que crezcas. Francisco ha captado la importancia de los movimientos en la Iglesia y nos ayuda a comprender que nuestra tarea está en función de la Iglesia, no en función de nosotros mismos. Si nos limitamos a educarnos entre nosotros no seremos más que otra parroquia fuera de la parroquia. Nuestra tarea es la misión, construir la Iglesia en el mundo.

Publicado en corriere.it