«EncuentroSevilla nace de la provocación del arzobispo José Ángel Saiz en la presentación del plan pastoral. En aquella presentación hizo hincapié en cuatro puntos fundamentales: la cultura, los jóvenes, las redes sociales y la caridad. Se me hizo evidente que había que ahondar en ellos, y un grupo de amigos decidimos acompañarnos en esta aventura, que nace también por sana envidia al ver iniciativas como EncuentroMadrid, EncuentroCastellón o Punt Barcelona», explica Manuel Valdivia, presidente de EncuentroSevilla.

A lo largo de tres días, y con la acogida del arzobispado con la cesión del espacio de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, diferentes rostros nos han ayudado a realizar un juicio común. El viernes comenzó con la bienvenida del presidente y el equipo de voluntarios, y en seguida la primera pregunta, urgente: ¿se puede vivir de verdad el sufrimiento? El anhelo de apurar la vida hasta el poso, de vivir experiencias nuevas, apasionantes, por las que el hombre llega incluso hasta el extremo, se encuentra con dos grandes escollos: la rutina y el sufrimiento.
El primero está dominado por la ausencia de picos de dopamina, esa droga interna a la que el mundo actual es adicta; el segundo es ese inmerecido revés del destino, siempre injusto, en el que nos enfrentamos a las grandes preguntas sobre nuestra existencia. José Manuel Roás y Mar Mayoral dialogaron, desde sus perspectivas y experiencias personales, a dar una respuesta.



Educar es acompañar. El sábado emprendimos “El camino a la verdad”, acompañados por tres educadores: Juan Ramón de la Serna, director del Colegio Internacional J. H. Newman y del Colegio Internacional Nicoli; Andrés González Becerra, sacerdote salesiano que da la vida cada día en el barrio marginal sevillano de las Tres Mil Viviendas; y Juan Jurado, vicepresidente de la Fundación San Pablo Andalucía CEU y de la Fundación Universitaria CEU Fernando III. «Educar es acompañar a otro hombre a que descubra quién es. Es hacer que crezca, que alcance su plenitud. Es sacar lo mejor de una persona para que llegue a ser ella misma», concluyó De la Serna.

Vivir el sufrimiento y ser educados es clave para ser y estar enteros en el trabajo, un mundo que ha cambiado y cambia vertiginosamente a cada instante. Pero solo quien es capaz de volver a recuperar el sentido de su trabajo y busca el camino para ello puede avanzar firmemente hacia un futuro que no lleve necesariamente a la decadencia, como testimoniaron Iván Navas y José Ángel Pérez en un intenso diálogo sobre la estatura humana también en el ambiente laboral.



Y en un mundo dominado hoy por las pantallas, por esos dos «mundos paralelos y diferentes» de los que habla Zygmunt Bauman, ¿qué significa vivir de verdad? La red es un recurso de nuestro tiempo, y constituye una fuente de conocimientos y de relaciones hasta hace poco inimaginable. Sin embargo, a causa de las profundas transformaciones que la tecnología ha impreso en las lógicas de producción, circulación y disfrute de los contenidos, numerosos expertos han subrayado los riesgos que amenazan una vida hiperconectada. Tanto el profesor y escritor Isidro Catela como el sacerdote e influencer Antonio Guzmán testimoniaron que la realidad es siempre más fuerte y atractiva que el mundo virtual, y que el amor por la vida se impone.

En ese mundo online que nos atrapa encontramos también realidades que nos “devuelven” a la vida real con una propuesta, con un camino, con una pregunta abierta e incluso con un método. Y una de ellas es la música, que nos sostiene en este “vivir de verdad”. Más allá de ser una distracción o un mero entretenimiento, es un camino para entender las preguntas inextirpables del ser humano, como explicó el profesor y filósofo Chema Alejos, que nos guio en la escucha de diferentes temas actuales, de Billie Eilish a Florence + The Machine pasando por Rosalía, María Arnal o la electrónica The Blaze. Porque ninguno de estos artistas acalla la pregunta ni se conforma con “ir tirando”.



Vivir de verdad, vivir alegres. «Ha sido inmenso poder compartir esta alegría con las comunidades de Osuna, Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada y con todo aquel que quisiera venir y vivir de verdad con nosotros», continúa Valdivia. EncuentroSevilla ha sido ante todo una reunión de amigos, donde también hemos compartido momentos de distensión alegre en las comidas o un recorrido por este “vivir de verdad” gracias a un concierto ofrecido por la cantante Bea Ares y sus amigos. «Muchas de las canciones que escuchamos diariamente hablan de un grito a la vida, algunas de ellas nos descubren que ese grito esconde el comienzo de una gran aventura», afirmaba la artista, con quien cantamos temas de Amaral o Avicii, pero también la Salve Rociera.

«Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaña». El Papa dice que Dios «ha querido compartir con nosotros este camino», con el hecho escandalosamente sencillo de una historia de bien que «abre un resquicio de luz» en cualquier sufrimiento. La exigencia de responder a la necesidad del otro, tan original que casi no somos conscientes de ella, y la desarrolla con toda su dignidad y potencia, la abre de par en par hacia su finalidad, a lo que da sentido a esta aspiración y la cumple. «Cristo nos hace comprender la razón profunda de todo esto al desvelarnos que la ley última del ser y de la vida es la caridad». Un Dios que «al amarnos, no nos envió sus riquezas –como habría podido hacer, cambiando radicalmente así nuestra situación–, sino que se hizo indigente como nosotros, “compartió” nuestra nada».
Miguel de Haro y Julián Aguilar explicaron sus experiencias en actividades caritativas, haciéndonos caer en la cuenta de que uno siente dentro de sí todo el deseo del otro, sea quien sea, por amor a su destino.



El acto conclusivo llevaba por título “La verdad os hará libres”, porque para vivir de verdad, era urgente entender qué implicaciones tiene ese “de verdad”. Monseñor Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla, y José Luis Restán, presidente de Ábside Media, testimoniaron de qué forma la búsqueda de la verdad es una de las exigencias que atraviesa el corazón del hombre. «Razón, afecto y libertad se mueven alineadas, aunque a veces distraídas, en esta búsqueda. Pero ¿qué significa vivir de verdad? ¿De qué hablamos cuando hablamos de “la verdad” que hace crecer la libertad?», lanzaba Restán la pregunta. Y monseñor Valdivia afirmaba: «Vivir de verdad es aceptar que la vida no nos la damos nosotros; es vivir sabiendo que la vida es vocación, es respuesta a una llamada de Uno que nos ama. Así, la vida se llena de sentido: es responder a un Amor».

Una decena de conferencias y mesas redondas se vieron completadas con dos exposiciones: una sobre la vida de don Luigi Giussani, fundador del movimiento de Comunión y Liberación, y la proyección del documental El sí de Marcos sobre Marcos Pou, seminarista que murió repentinamente tras comenzar su camino de entrega a Dios. Ambos son testigos de esta vida grande, de esta posibilidad y este anhelo de una vida verdadera. De que se puede vivir de verdad en todas las circunstancias. Y de que la vida cambia en el encuentro con Cristo.