Una calle de Bakhmut, Ucrania (Foto Ansa).

La paz o es de todos o de nadie

«No podemos olvidar a los niños ucranianos ni por un instante». Cuando se cumple un año del conflicto en Ucrania, Giampaolo Silvestri, secretario general de Avsi, interviene en Naciones Unidas
Paola Ronconi

La mañana del 24 de febrero de 2022 el mundo contemplaba y escuchaba aturdido las noticias de los primeros bombardeos rusos en tierra ucraniana. Nadie habría podido imaginar que un año después la situación seguiría siendo igual de dramática y complicada. En el aniversario del conflicto, el pasado 22 de febrero, la Representación Permanente de Ucrania junto a la de otros 36 países promovió un evento en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Entre los ponentes estuvo Giampaolo Silvestri, secretario general de Avsi, al que invitaron para intervenir sobre la cuestión de la protección de los derechos de los niños en contextos de guerra. «Como dije durante mi intervención, ellos son los primeros en los que pensamos en este aniversario», explica Silvestri por teléfono. «Están pagando un precio inaceptable y no los podemos olvidar, ni por un instante. Hay que dedicarles los principales recursos porque ellos son el presente y el futuro de Ucrania y de todos nosotros. No podemos concebirnos al margen de los más vulnerables del mundo, nuestros destinos están unidos. Y eso implica invertir cuanto antes todos los recursos posibles en intervenciones que permitan a los niños creer que pueden esperar un futuro bueno para ellos».

Giampaolo Silvestri durante su intervención en Naciones Unidas, 22 de febrero de 2023

Según Silvestri, «hasta en una situación de guerra la educación sigue siendo fundamental, de todas las formas posibles: rehabilitación de escuelas, presencial o a distancia, creando espacios “amigos” de los niños con actividades recreativas y de apoyo escolar, iniciativas que garanticen un itinerario educativo y que al mismo tiempo sirvan de apoyo a las familias y a la comunidad adulta donde viven los menores». Por no hablar del trabajo psicológico indispensable en situaciones de guerra.

Las cifras de las que dispone Avsi dan miedo: 429 niños muertos y 808 heridos, más de 2.900 centros educativos bombeados, 580 completamente destruidos. «Avsi trabaja en zonas donde no hay combates», añade el responsable de la ONG italiana. «El problema es que de momento no hay perspectivas de solución. No es sostenible una situación así a largo plazo y no permite pensar qué futuro ofrecer a estos chavales».

Si la educación parte de la premisa de que “el otro es un bien para ti”, lo difícil sigue siendo demostrarlo no solo con palabras en un contexto bélico. «Trabajamos por la paz mediante iniciativas que muestren el valor que tienen los otros. Y eso en un contexto de guerra supone un desafío enorme». Con los datos en la mano, en un año Avsi ha apoyado a 195.000 personas mediante 25 proyectos de emergencia en Ucrania, pero también en Rumanía, Polonia, Moldavia e Italia con la acogida de refugiados, con 134 personas, expatriadas y locales.

«Todos debemos tomar conciencia de que el destino de los niños ucranianos está extremadamente ligado al de nuestros hijos y al nuestro», concluye Silvestri, de la misma manera que terminó su intervención en la ONU. «No podemos pensar en ponernos a salvo nosotros, si los demás no lo están. La paz o es de todos o no es de nadie».