Ning Long durante el concierto en Milán

Ning Long y el “Spirito gentil” de don Giussani

Un concierto en el Conservatorio de Milán por el centenario del fundador de CL. Entre los protagonistas, un tenor chino para interpretar una de las piezas preferidas del sacerdote italiano. Pero no fue el único
Giorgio Paolucci

Ning Long tiene 26 años, viene de China y estudia en el Conservatorio de Milán. Conocía a Donizetti, pero nunca se habría imaginado cantando Spirto gentil delante de mil espectadores en la Sala Verdi en un homenaje musical a don Giussani. Se lo propuso su profesora, Anna Maria Paganini, que organizó con varios compañeros y amigos de cuatro centros culturales un concierto con motivo del centenario del nacimiento del “Gius”.

«Le tenía un gran afecto, por su preciosa voz y por su gentileza», cuenta Anna Maria. «Cuando surgió la idea de interpretar esa pieza, pensé en él porque es un aria que se adapta muy bien a su tipo de voz. Me dijo enseguida que sí, quedamos un día para ensayar y le expliqué el tipo de concierto (un poco anómalo) en el que le había implicado. Así que le conté quién era Giussani, y sobre todo lo que representa para mí, personal y musicalmente, pero también qué es la Iglesia, quién es Jesús y cómo valora a la persona. Con alguien de cultura china no se puede dar nada por descontado, y no sé si me expresé bien ni si lo entendió, pero estoy segura de que captó que para mí ese hombre fue y sigue siendo importante, que comparto esta experiencia con muchas otras personas y que nos concebimos juntos. Durante el ensayo le pedí que intentara cantar imitando a Tito Schipa, el tenor del que hablaba Giussani cuando evocaba esta pieza, porque quería acercarme todo lo posible al canto que tanto le impactó. Me impresionó su disponibilidad y el esfuerzo que hizo por identificarse con él».

El coro de CL dirigido por Pippo Molino

Al empezar la velada en la Sala Verdi del Conservatorio, Franco Berti presentó el concierto como «un signo de esperanza, una belleza regeneradora». Y recordó las palabras de Giussani: «No existe mejor expresión de los sentimientos humanos que la música».

Ning Long fue el primero en salir al escenario para meterse en la piel de Tito Schipa, el famoso tenor que, cantando esa aria del cuarto acto de La Favorita de Donizetti –«Spirto gentil, ne’ sogni miei, brillasti un dì ma ti perdei…»–, provocó en el joven seminarista de Venegono «un escalofrío, el anhelo del instante en que la existencia de Dios se convierte en una evidencia cargada de significado».

Luego se interpretaron otras de las piezas preferidas por don Giussani: música de Beethoven, Schubert, Brahms, acompañada por sus comentarios, leídos por Onorato Grassi e interpretadas por Anna Maria Paganini, Emanuela Piemonti, Alessio Bidoli y Giacomo Grava, que participaron entusiasmados y con una gratuidad total. Por último, el coro de Comunión y Liberación, dirigido por Pippo Molino, que dio clase en el conservatorio durante treinta años, y Giovanni Godio– cantó algunos Responsorios de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria y Alma Redemptoris Mater de Pierluigi da Palestrina. La capacidad de profundizar en la música por parte de los intérpretes –identificándose con lo que expresaban los comentarios de Giussani– enriqueció lo que acabó siendo el gesto propio de un pueblo.

Al término del concierto, Ning Long recibió como regalo la edición china de El sentido religioso, que está leyendo con gran interés para descubrir de dónde nace la humanidad que vio vibrar aquella noche.
Así fue como un joven tenor chino empezó a vislumbrar todo lo que puede nacer del corazón de un hombre que se deja herir por la potencia y la belleza de la música.