El cardenal Pietro Parolin y Giampaolo Silvestri de Avsi (Foto: Avsi)

El jeep de AVSI no se para

Congreso en el Museo Maxxi de Roma con motivo del cincuenta aniversario de la ONG. El mensaje de Sergio Mattarella, la intervención del cardenal Pietro Parolin y el discurso del ministro de Exteriores, Antonio Tajani
Paolo Cremonesi

Un jeep de AVSI avanza a duras penas entre baches y basura por las calles de Haití. Puerto Príncipe, igual que las principales ciudades del país, lleva meses paralizada por la acción de bandas armadas, grupos violentos de personas desesperadas que han crecido en medio del vacío de poder institucional. Además, desde hace varias semanas, una devastadora epidemia de cólera ha añadido la gota que podría colmar el frágil vaso social de este país. Muchas ONG ya han abandonado la isla.
El jeep se queda atascado: una barricada inesperada bloquea el paso. El personal baja del vehículo y continúa el camino en moto. Pero las calles inundadas por la lluvia vuelven a impedir la circulación. ¿Renuncian? No, se ponen las botas y prosiguen a pie. Paso a paso, llegan hasta las familias que les esperan esperanzados.

Esta es la imagen que Gianpaolo Silvestri, secretario general de AVSI ha elegido para describir su método de trabajo. «Un trabajo sobre el terreno que intenta ir siempre más allá, atravesando la barrera de las bandas, las desigualdades, la pobreza y las guerras».
Lo hace con ocasión del cincuenta aniversario de la organización, que celebraron el pasado 26 de octubre en el Museo MAXXI de Roma con un congreso titulado “Beyond Development” (Más allá del desarrollo, ndt.), que convocó a todos los protagonistas de la cooperación, desde la Santa Sede al gobierno, altos funcionarios de organismos internacionales, líderes del sector privado, representantes de la sociedad civil y expertos en medio ambiente, educación, cambio climático y agricultura.

Cumple años con buena salud. Nació en 1972 con un proyecto en el antiguo Zaire y hoy está presente en 39 países con 300 proyectos y un equipo de 2.150 personas. El año pasado gestionó un presupuesto de 91 millones de euros gracias a ayudas públicas y privadas.
Sin duda, el escenario ha cambiado profundamente desde hace cincuenta años. Lo recordó el presidente Sergio Mattarella en el mensaje que envió. «En el contexto global actual han crecido las desigualdades. La terrible guerra desencadenada por la Federación rusa en el corazón de Europa y otros factores de inestabilidad centran la atención de la comunidad internacional en complejos desafíos que solo se pueden afrontar tomando en consideración la fuerte interdependencia que caracteriza nuestro presente».

El ministro de Exteriores Antonio Tajani (Foto: Avsi)

Nadie se salva solo, todos estamos en la misma barca en las tempestades de la historia. Ese “estribillo” del papa Francisco suena muchas veces en las modernas salas del MAXXI durante el evento: en el llamamiento para relanzar el multilateralismo, o en la constatación de que emergencias como el cambio climático o la lucha contra el covid son tan grandes que exigen un enfoque global.
Según el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin, «la labor paciente y constante de servicio a la humanidad es expresión de entidades de la sociedad civil como AVSI. Muestra que aún queda espacio para hacer el bien. Cada día, millones de personas de buena voluntad se movilizan para intentar mejorar nuestro mundo poniéndose al servicio de la familia humana, tan sufriente y necesitada. Vuestro testimonio y vuestra acción creativa, concreta y profesional es una riqueza para nuestra sociedad, signo tangible de ese amor que rompe las cadenas que nos aíslan y nos separan, lanzando puentes».

Parolin destacó especialmente el proyecto de AVSI en Siria “Hospitales abiertos”, patrocinado también por el Dicasterio vaticano para el servicio al desarrollo humano integral. Tres estructuras médicas y varios dispensarios permiten el acceso al derecho a la salud de miles de indigentes, independientemente de la fe que profesen, en un país herido por un conflicto que se remonta ya a once años. «Es la cultura del cuidado que el papa Francisco señala como antídoto frente a la indiferencia y el descarte», explica el cardenal. «Contribuye a la construcción del desarrollo según las indicaciones propuestas por la Santa Sede: un desarrollo humano integral que ponga en el centro a la persona humana como una unidad inseparable de cuerpo y alma. Que las actividades de AVSI puedan constituir espacios de reconciliación y de paz, oasis de esperanza para todos aquellos que colaboran y participan en diversos ámbitos».

La intervención de Antonio Tajani coincidió con su primera aparición pública como ministro de Exteriores, lo que atrajo a una cantidad inusual de periodistas y fotógrafos. «La cooperación al desarrollo sobre todo con África y América Latina forma parte de nuestra política exterior». Sumándose a las palabras de Mattarella, el ministro recordó que «hoy más que nunca la desigualdad ha alcanzado unos máximos históricos: el 10% de las personas posee el 76% de las riquezas del mundo y contribuye con el 50% de las emisiones tóxicas. Es evidente que un desafío así no lo pueden afrontar solas las instituciones. Necesitamos la aportación central de la sociedad civil y un enfoque global a los problemas del planeta. Educación, clima, agricultura, inmigración, energía y medio ambiente están estrechamente relacionados».

Gianpaolo Silvestri retomó esta idea diciendo que «la contribución que podemos ofrecer es sobre todo promover la conciencia común de que la división nosotros-ellos está muerta y sepultada. Las experiencias que nuestra ONG ha madurado sobre el terreno también son útiles en los países de origen. Lo estamos viendo en Italia, donde estamos realizando proyectos similares a los de África, América Latina u Oriente Medio». «Esto implica un cambio en las ONG pero también en la política», explica el secretario general. «Como han puesto de manifiesto las crisis climáticas y sanitarias, la eficacia de estas intervenciones depende de un enfoque verdaderamente sistémico mientras que los proyectos, la financiación y la retórica todavía se conciben como la ayuda de una parte hacia la otra». “Más allá del desarrollo”, por tanto.