Encuentro en la Universidad Urbaniana (Foto: Massimo Quattrucci)

Un “pensamiento original” que es un don para toda la Iglesia

Un viaje por la aportación teológica de don Giussani, fruto de su fecundidad educativa. Una presentación en la Universidad Urbaniana con el cardenal Marc Ouellet, monseñor Giuseppe Baturi y Javier Prades
Silvia Guidi

Un joven sacerdote renuncia a un proyecto de vida tranquilo y previsible (teólogo a jornada completa) para lanzarse a la arena del mundo. De esa decisión nace un pueblo. Sin decidirlo previamente, sin planes pastorales prefijados, aceptando ser instrumento de una construcción misteriosa, paso a paso, circunstancia tras circunstancia, imprevisto tras imprevisto, por usar un término muy querido para los que han sido “contagiados” por el carisma de don Luigi Giussani.

Un joven y talentoso teólogo renuncia a la comodidad sin riesgos de una carrera brillante para ser más útil para sus hermanos los hombres, para ayudarles a no apartar su vida de la amistad con Jesús. Una decisión aparentemente ilógica, equivocada, según criterios de juicio humanos (demasiado humanos). Pero la fantasía de Dios depara muchas sorpresas a quien se deja plasmar por las misteriosas dinámicas de sus proyectos y, año tras año, lo que parecía un obstáculo se convierte en trampolín, púlpito, megáfono.

«En vez del paraíso de la teología prefirió el purgatorio de trabajar con los chavales», recordaron –con palabras distintas pero con la misma admiración– los ponentes que presentaron el libro El cristianismo como acontecimiento. Ensayos sobre el pensamiento teológico de Luigi Giussani (el primero de tres volúmenes en italiano dedicados a su pensamiento), el 14 de octubre en la sala Juan Pablo II de la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma. Fue justamente su compromiso educativo cotidiano y constante lo que le abrió de nuevo las puertas de la teología de verdad, no con equilibrios estériles a base de formulaciones de las nubes para arriba, sino como el entrenamiento de un pensamiento que brota siempre nuevo y siempre joven del diálogo con Dios y con los hombres.

Por la izquierda: Mateusz Rachwalski, Agnese Simonetto y monseñor Massimiliano Matteo Boiardi (Foto: Massimo Quattrucci)

Javier Prades López, rector de la Universidad San Dámaso de Madrid, dedicó su intervención a los múltiples y variados significados de la expresión “vida como vocación”.
Monseñor Giuseppe Baturi, arzobispo de Cagliari y secretario general de la Conferencia Episcopal italiana quedó impactado desde muy joven, en su Sicilia natal, por las palabras de un hombre decidido a tomar en serio el deseo de infinito del corazón humano, que encontró por casualidad en un libro.
El cardenal Marc Ouellet, prefecto del Dicasterio para los Obispos, agradeció al sacerdote de Desio que no eludiera el desafío del racionalismo moderno que relega la fe al ámbito de lo irracional retirándole el permiso de ciudadanía en la dimensión pública de la vida.

Un “pensamiento original”, como señaló Carmine Di Martino, coordinador de este libro y moderador del encuentro, que ya es en gran parte patrimonio teológico común de la Iglesia (aunque a menudo de manera inconsciente o no del todo consciente) mediante un vocabulario que, con el paso de los años, se ha difundido de manera cada vez más capilar. Términos como “acontecimiento”, “correspondencia”, “verificación” o “experiencia” ya forman parte del léxico católico, compartido incluso por los no cristianos.
«No podíamos esperar mejor víspera», afirmó Davide Prosperi, presidente de la Fraternidad de CL, en su saludo inicial, «agradecidos al Espíritu Santo, que fija a cada uno la concreción de una morada».

La decisión de lanzarse de cabeza a la aventura educativa dio unos frutos imposibles de prever en los años 50, cuando don Giussani se dio cuenta de que había que estar allí donde los jóvenes vivían para poder hablar realmente con ellos. Y hacerles descubrir la liturgia como experiencia de liberación, “paradigma de la vida y forma de la acción”, tema de la tesis de monseñor Massimiliano Matteo Boiardi, maestro de ceremonias pontificio y uno de los premiados al término del encuentro. El bando del concurso para tesis doctorales y magistrales sobre la figura y la obra de don Giussani, promovido por la Fraternidad de CL con motivo del centenario, permitió a los participantes en el encuentro conocer también la investigación de un joven sacerdote polaco, Mateusz Rachwalski, sobre los fundamentos ontológicos de la ética cristiana, un tema muy querido para el fundador de CL (“La vida cristiana como camino y acontecimiento. La contribución de Luigi Giussani a la formación moral”) y un profundo (y valiente) estudio de Agnese Simonetto sobre la pedagogía de CL remontándose a los años 80, cuando su investigación no podía contar con “ayuda” digital. Comunión “es” liberación, oportunidad de crecimiento y de expansión del propio yo, también en el ámbito de la investigación, como confirma el método de trabajo de los premiados.