Giovanni Toti en el West Cost Meeting de Loano

Loano. La realidad vista desde la Costa Oeste

La cita anual en la ciudad italiana del 6 al 10 de julio ha sido una cadena de encuentros y testimonios con el lema “La realidad nunca me ha defraudado”
Paolo Di Salvo

«Un imprevisto es la única esperanza. Pero me dicen que decírselo es una estupidez». Este verso de Antes del viaje de Montale resonó durante muchos días en la sala de reuniones del Yachting Club de la Marina de Loano, donde se ha celebrado del 6 al 10 de julio la séptima edición del Meeting de Loano, rebautizado este año como West Coast Meeting. En el escenario, los 26 invitados se han medido con el lema, “La realidad nunca me ha defraudado”.

La primera noche, Giovanni Toti, gobernador de Liguria; Luigi Ballerini, psicoanalista y escritor; y Monica Mondo, periodista de TV2000, participaron en un diálogo titulado “¿La realidad sigue siendo útil?”. Una pregunta abierta en un mundo que habla cada vez más del metaverso y donde parece que la realidad ya no interesa ante el predominio de las emociones y las sensaciones. Monica Mondo destacó que hoy falta más que nunca la capacidad de juzgar, de modo que poca realidad se acompaña de poca conciencia. Por su parte, Ballerini recordó un encuentro que tuvo con el sociólogo Zygmunt Bauman, que le dijo: «Si vivís en internet, corréis el riesgo de estar siempre con personas que piensan igual que vosotros y ya no os encontraréis con nadie diferente». Por último, Toti destacó la necesidad de alinear la capacidad tecnológica con la conciencia de saber gestionarla.

Encuentro-testimonio “La paz está hecha de alegría y dolor a partes iguales”

En la segunda jornada, el actor y presentador televisivo Michele La Ginestra contó su experiencia cristiana en el mundo del espectáculo, afirmando que se ha perdido un poco la capacidad de los cristianos de sonreír, cuando la ontología del cristianismo es precisamente la alegría.

Por la noche, el filósofo Silvano Petrosino abordó el tema de “realidad y deseo”. Partiendo de necesidades concretas –trabajo, familia, dinero…– el hombre descubre que esas exigencias están atravesadas por un deseo que no se puede reducir a esa mera necesidad. Cuando se trata de la relación con Dios, el “más allá” de todas nuestras necesidades, se entra en un terreno “desconcertante”. Lo único que se puede decir entonces delante de Dios es: «Tú me faltas». Sin embargo, vivimos en un mundo en el que cada vez es más evidente el intento de reducir ese deseo a una de las muchas necesidades del hombre, y por tanto a algo que se pueda manipular y gestionar fácilmente.

El viernes por la tarde llegó el turno de Walter Muto, Gianni Fusco y Carlo Lazzaroni con las notas de Take me home, country roads, de John Denver, para introducir el encuentro con Andrea Simoncini, profesor de Derecho constitucional, sobre el lema del próximo Meeting de Rímini, “Una pasión por el hombre”. En el corazón de todo ser humano reside la trágica posibilidad de querer el mal, la destrucción, pero solo del corazón nace la posibilidad de la paz y la justicia. Esa noche, Julián Carrón, Alessandra Gerolin y Antonio Polito dialogaron a partir de la proyección del video Vivir sin miedo en la edad de la incerteza. El leitmotiv del debate era una sociedad que carece de valores compartidos y donde el diálogo corre el riesgo de convertirse en una dialéctica que genera rabia y separación. No estar de acuerdo en lo esencial es precisamente la razón de la división de nuestra sociedad y entre generaciones. Por eso hace falta un nuevo humanismo que ponga en el centro a la persona para que cualquiera pueda encontrar y sentirse atraído por quien viva una experiencia verdadera.

El sábado tuvo lugar un encuentro-testimonio titulado “La paz está hecha de alegría y dolor a partes iguales”. Riccardo Del Zenero, Emanuela Luchetta, Riccardo Melotti, Luciano Puntieri y Valentina Schipani contaron lo que significa vivir la enfermedad, propia o de personas queridas, acompañados de Eugenio Nembrini que, desde que empezó la pandemia, celebra la misa diario online para un grupo de personas enfermas. El testimonio de estos amigos mostró cómo el dolor puede abrir una perspectiva de esperanza y de vida nueva. Así lo mostraron, por ejemplo, los padres del pequeño Davide, que nació con una grave malformación y solo vivió seis días, justo el tiempo necesario para bautizarlo y hacerles entender que ese poco tiempo valía una vida entera.

A continuación, un encuentro guiado por Giorgio Vittadini con el título “¿Cruce o puente? El presente de Europa entre Oriente y Occidente”, en el que participaron Enzo Moavero Milanesi, Marco Bentivogli, Grynevich Vyacheslav y Luigi Di Maio, ministro de Exteriores que envió desde el G-20 en Bali un mensaje en favor de la paz y la libertad.

Vittadini nos recordó que pertenecemos a la primera generación que no ha conocido la guerra porque Europa nació con la intención de salvaguardar la paz y la prosperidad entre los pueblos del Viejo Continente. Por tanto, hay que recuperar los orígenes cristianos, sin los cuales cualquier construcción nace sin identidad y, como en el caso de Europa, queda reducida a una unidad económica. Además, a la vista están los numerosos ímpetus antieuropeístas con gran presencia en varios países, mientras hay naciones como Ucrania que luchan por entrar a formar parte de la Unión. En definitiva, estamos en un momento dramático donde todavía vemos una señal importantísima, una gran capacidad de solidaridad por parte de miles de familias europeas por el sufrimiento del pueblo ucraniano.

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El Meeting terminó el domingo con el encuentro “Economía y trabajo a prueba de guerra”. Vittadini volvió a dialogar con el ministro de Turismo, Massimo Garavaglia, Angelo Berlangeri, Giorgio De Rita y Fausto Bertinotti. Abordaron la dramática cuestión del empleo “pobre”, es decir, un empleo que no permite salir de situaciones de indigencia, al contrario de lo que sucedía décadas atrás. Estamos en un momento histórico en que ya no hay manera de expresar la propia personalidad en el trabajo, que más bien se contrapone a la vida misma, como explica también el fenómeno de los que se despiden sin más razón que no poder seguir viviendo.

La realidad sin duda representa un imprevisto que suele considerarse imposible o negativo, pero siempre queda abierta la posibilidad de que suceda una novedad en la vida, exactamente igual que le pasó al pequeño Davide.