El Papa recibe a los bachilleres y juveniles

Los jóvenes peregrinan a Roma el 18 de abril. El Santo Padre invita a todos los adolescentes a participar juntos en un momento de encuentro y oración

Queridos amigos y amigas:

Juan y Andrés, dos hombres cualesquiera de la Palestina de hace dos mil años, se acercaron al río Jordán para escuchar las enseñanzas de Juan el Bautista, al que muchos consideraban un profeta. Pero ese día sucedió algo imprevisto que cambió sus planes. En efecto, mientras estaban allí tuvieron otro encuentro, con Jesús. Un hombre que a primera vista podía parecer igual que todos los demás, pero estando con él aquel día se les hizo evidente que no era como todos los demás. Jesús les hizo una pregunta: «Qué buscáis?» (Jn 1,38).

El papa Francisco nos hace la misma pregunta. «Estad seguros: Dios confía en vosotros, os ama y os llama. Os dirige la pregunta que un día hizo a los primeros discípulos: “¿Qué buscáis?” (Jn 1,38). También yo, en este momento, os dirijo la pregunta, a cada uno de vosotros: “¿Qué buscas? Tú, ¿qué buscas en tu vida?”» (Encuentro pre-sinodal con los jóvenes. Roma, 19 de marzo de 2018). Nunca nadie les había hecho una pregunta tan sencilla con tanta intensidad. Tendrían que mirar en el fondo de su corazón para buscar la respuesta.

Ese día en el Jordán dio comienzo una amistad inesperada, la de Juan y Andrés con Jesús, destinada a cambiar radicalmente sus vidas. De hecho, su mirada, sus palabras y sus gestos no solo eran capaces de iluminar la vida con toda su profundidad, sino que con el tiempo desvelaron ante sus ojos algo inimaginable: Él mismo era la respuesta a la pregunta de su corazón.
Esa amistad dio comienzo a una realidad nueva dentro de la historia. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, entregó toda su vida a esos amigos mediante el sacrificio de la Pascua, haciendo una gran promesa: «Quien me siga tendrá la vida eterna y el ciento por uno aquí abajo» (cfr. Mt 19,29).

Confiada al cuidado paterno del apóstol Pedro, y de sus sucesores, esa novedad de vida ha atravesado los siglos y ha llegado hasta hoy, haciéndose creíble y fascinante también para nosotros gracias al carisma donado a don Giussani, del que este año recordamos el centenario de su nacimiento. Esa amistad es la compañía de la Iglesia, el lugar donde podemos sorprender aún hoy esa novedad de vida capaz de vencer a la muerte, la «entrada en el tejido de la historia de aquellas palabras de Jesús» (Por qué la Iglesia, p. 323).

Para seguir siendo ayudados en la aventura de la vida y para profundizar en la belleza de nuestra amistad, acogemos con entusiasmo la invitación que el papa Francisco, sucesor de Pedro, nos ha dirigido. Es el mismo Jesús quien nos pregunta hoy: «¿Qué buscáis?».

De este modo, iremos a Roma el Lunes de Pascua, con curiosidad por descubrir qué quiere sugerirnos el Señor y deseosos de verificar una vez más la razonabilidad de la esperanza que hemos encontrado.

Davide Prosperi, Francesco Barberis y Marcello Brambilla