EM2020. Un verdadero encuentro a pesar de la distancia
Del 19 al 22 de noviembre se celebró online la edición más especial de EncuentroMadrid. «Hemos podido constatar que confiar es posible y razonable porque la realidad no es absurda sino que tiene un significado y un designio bueno»«Necesitábamos experimentar que la confianza es necesaria para amar, para trabajar, para construir la ciudad común», reza el comunicado final de EncuentroMadrid 2020, una edición especial que este año se ha celebrado íntegramente de manera virtual y que puede revivirse de forma online. Reunirnos, “encontrarnos” para ayudarnos a mirar lo que sucede ha nacido una vez más de una necesidad, no responde a una inercia ni a una agenda: es algo vital para nosotros, como lo ha sido durante los últimos 17 años.
Y es que aunque en el corazón de este evento nacido de la experiencia de Comunión y Liberación está precisamente el encuentro, la situación actual por la pandemia ha obligado a repensar el formato, pero no el objetivo: crear espacios de diálogo para entender, en este caso, qué genera la confianza; o, más concretamente, Quién la genera. Una confianza que es la base de la libertad en una sociedad civil, como explicaba el escritor y expolítico canadiense Michael Ignatieff, o que debería estar en el centro de la vida política, como quiso destacar el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en un debate que mezclaba las propuestas de la iniciativa pública, el sector privado y las organizaciones sin ánimo de lucro, representadas por la ONG CESAL.
Pero no ha sido la política el centro de la reflexión de este EncuentroMadrid, si bien la crisis de confianza se da especialmente entre los ciudadanos y sus instituciones. También ha habido espacio para la reflexión trascendente, para pensar la economía, la educación y la convivencia. En diálogo con personas de diversas procedencias culturales hemos comprendido mejor la dinámica de la confianza, que pone en juego la razón y la libertad de cada uno y que nace de la relación de dependencia que nos constituye. Este ha sido también un diálogo entre nuestra experiencia cristiana, el pensamiento ilustrado y las preguntas y búsquedas de nuestros contemporáneos.
La pandemia –cómo la hemos vivido y las consecuencias que ha tenido– nos ha recordado que no somos eternos, que existen límites, que el hombre no vence cualquier reto. Y por ello ha “protagonizado” esta edición, pero aumentando el horizonte con el que la miramos. El escritor y poeta Daniele Mencarelli partía de su introspección biográfica, plasmada ahora en el libro La casa de las miradas (Ediciones Encuentro), para insistir, durante el encuentro titulado “Un incesante soñar con lo imposible”, que el desafío que tenemos por delante es el de «acoger nuestra herida, porque es entonces cuando somos verdaderamente humanos». En esta línea de autoconocimiento explicaba el filósofo Carmine de Martino la importancia de la confianza, «una forma de conocimiento intrínseca al hombre y que trasciende a las evidencias que se obtienen de la ciencia».
En su profundización en el lema, explicaba el profesor de la Università degli Studi de Milán que la confianza «requiere de la fe en un testigo fiable que ejerce de mediador para acceder a un conocimiento del que no tenemos evidencia. Los verbos con los que se nos reta a entrenarnos en la confianza son ‘compartir’ y ‘convivir’ con esos testigos». Esos testigos fiables, asegura, encarnan para nosotros una hipótesis de sentido que nos regenera y nos capacita para ser testigos fiables también para otros. Y eso buscamos en EncuentroMadrid: testigos fiables.
El papel del testigo es el papel del padre, y también el papel del tutor. En la mesa redonda que abordaba el tema de la confianza en la educación pudimos verlo y vivirlo en carne y hueso, con un antiguo alumno, Enrique Arroyo, que se había transformado en “tutor” de su maestro, Jesús Carrascosa. Profesor y alumno explicaron su camino vital y “Carras” dio testimonio de su maestro de vida, don Luigi Giussani, maestro que le impresionó por cómo le miró y por cómo se relacionaba con los demás: con absoluta libertad. La sustancia de este sustantivo le ha acompañado siempre en sus relaciones con sus alumnos, a los que ha querido y provocado con su verdad de vida: «Vence el que abraza más fuerte». Esta es su razón, junto a la creencia firme de que «educar es enseñar a amar el ser real que eres», con sus virtudes y defectos: el mal no tiene cabida cuando existe la misericordia.
La importancia de humanizar la economía y el mundo empresarial, el diálogo entre los actores sociales, la importancia de la juventud, la esperanza y la responsabilidad conjunta fueron claves en la conversación sobre economía, que dejó paso a testimonios en primera persona sobre el papel clave de la confianza en las experiencias de acogida, que escuchamos también gracias al documental Esta es tu casa y a la exposición “Acoger es un bien para todos”, realizada por la asociación Familias para la Acogida para conmemorar su vigésimo aniversario. Estas experiencias de acogida se han vivido también, a otro nivel, en los diferentes ámbitos de acción de cada uno: lo cuentan los profesionales del ámbito sanitario que participaron en el documental No queremos olvidar. Diario de batalla contra el Covid, y también Jean Koulio, Oliverio González e Ignacio Carbajosa, tres testigos que mostraron a través de su experiencia qué confianza sostiene su vida. El primero llegó a Madrid tras un viaje penoso desde Guinea y gracias a la ONG que le acogió como una familia ha encontrado la estabilidad, González hizo un camino de fe tras la muerte violenta de su padre en México y encontró unos amigos a los que ahora llama padres, y Carbajosa planteaba la pregunta, después de contar su experiencia como capellán de hospital durante la primera ola del coronavirus, ¿en quién podemos confiar en medio del dolor? Los tres daban una respuesta que es posible compartir: en Dios, que es Padre.
EncuentroMadrid no sería lo que es si no fuera también por sus exposiciones y espectáculos. Además de la dedicada a la acogida a través de los cuadros del Museo del Prado, la fotógrafa Lupe de la Vallina ha querido celebrar a aquellos trabajadores esenciales que dieron un paso adelante durante lo peor de la crisis en la exposición fotográfica “En los lugares vacíos construiremos con ladrillos nuevos”. «Los lugares vacíos son la calle sin un alma de aquellos meses de marzo a mayo; construir con ladrillos nuevos, la reflexión de cómo volver a construir la sociedad, y cómo hacerlo de manera más digna», explicaba su comisaria y autora.
Una obra de teatro que recoge la experiencia vital y el recorrido de fe de Etty Hillesum, una judía fallecida en un campo de exterminio en la Alemania nazi, y un concierto que derribó fronteras e idiomas uniendo a cantantes y músicos procedentes de trece países de todo el mundo pusieron el broche cultural a un fin de semana que ha permitido un verdadero encuentro a pesar de la distancia.
Hemos podido constatar que confiar es posible y razonable porque la realidad no es absurda, sino que pone de manifiesto un significado y un designio bueno para cada uno y para el mundo, más allá de todas las incertidumbres históricas en las que nos vemos inmersos. Esta dinámica de la confianza requiere de personas capaces de testimoniar el sentido de la vida y de suscitar una auténtica educación, que no puede ser reducida a ideología ni acaparada por el Estado. Y la confianza genera esta amistad, este pueblo que recibimos y con el que vivimos y que sostiene cada año EncuentroMadrid. Esta amistad es fruto de esa confianza que deseamos poner en juego en nuestra historia presente, para contribuir a una verdadera convivencia civil.
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