Polonia. Esa “belleza desarmada” que atrae

Presentación de la edición polaca del libro de Julián Carrón en Wroclaw. En una sala de la Universidad de Economía, dialogan el cineasta Krzysztof Zanussi, el obispo Andrzej Siemieniewski y el profesor Bogusław Fiedor
Milosz Greszta

Wroclaw, 9 de enero, Universidad de Economía. Marek Biernacki dio la bienvenida a los asistentes a la presentación de la edición polaca de La belleza desarmada de Julián Carrón, con el saludo del rector Andrzej Kaleta. Biernacki recordó el histórico congreso sobre la encíclica Fides et ratio, celebrado en el mismo lugar, en el que participaron los mismos ponentes: el obispo Andrzej Siemieniewski, auxiliar de la ciudad polaca; el profesor Krzysztof Zanussi, cineasta y filósofo; y Boguslaw Fiedor, economista y antiguo rector del ateneo. La presentación comenzó escuchando una pieza de Heinrich Ignaz Franz von Biber, interpretada por la violinista Joanna Walczak.

Para abrir la reflexión, empezaron con una pregunta que acompañó la publicación del libro en Italia, allá por septiembre de 2015: «Nosotros, cristianos, ¿creemos todavía en la capacidad que tiene la fe que hemos recibido de provocar un atractivo en aquellos con los que nos encontramos y en la fascinación victoriosa de su desarmada belleza?».

Por la derecha, Bogusław Fiedor, monseñor Andrzej Siemieniewski y Krzysztof Zanussi

«Esa “belleza desarmada” del cristianismo es precisamente la que da título al libro. No se trata de una selección de reflexiones sobre la historia de CL, sino de un recorrido que entra a campo abierto en el diálogo público y en las heridas profundas de la modernidad», añadió el moderador. El hecho cristiano solo puede ser creíble y despertar el interés del hombre contemporáneo cuando es capaz de despertar al yo, de hacerlo revivir en todas sus dimensiones –razón, sentimiento, libertad– para permitirle afrontar toda su existencia, con sus pruebas y problemas.

¿Pero cuál es la utilidad y novedad de la propuesta de Carrón para el “hombre de a pie” actual? Siemieniewski respondió narrando la experiencia de vida de una persona enferma, capaz de generar belleza en el corazón de la gente que la rodea. El milagro de una vida así se convierte en «generador de energía vital, una fuente de esperanza y fe», un “lugar” donde se pueden verificar los signos concretos de la presencia de Cristo de la que habla Carrón.

Por su parte, el profesor Fiedor partió de una cita del libro Los errantes, de la Nobel polaca Olga Tokarczuk: «Penélope de noche desteje el tapiz de los sentidos que teje de día». Respecto al libro de Carrón, «no debemos destejer este tapiz de los sentidos», porque la fe, tal como es descrita en La belleza desarmada, no puede ser más que alegre. «Cuando su presencia penetra hasta el fondo de nuestro ser, llena la vida de alegría. Esta es, en última instancia, la prueba de fuego. ¿Cuántas personas conocemos realmente alegres? Sin alegría, no hay generación posible, no hay presencia, no hay novedad. Entonces, es la alegría lo que une ambas preguntas, “¿cómo se puede vivir?” y “¿cuál es nuestra tarea en el mundo?”». El profesor también retomó, haciéndola suya, la gran cuestión planteada por don Giussani y referida por Carrón en su libro. «Esta es la gran alternativa ante la que todos nos encontramos: ser dependiente solo de Dios y, por tanto, libre de todo el universo; o bien ser libre de Dios y, por tanto, esclavo de cualquier circunstancia, rehén de nuestros resultados».

El cineasta Zanussi habló, en cambio, de la relación entre cristianismo y razón, entre el infantilismo del mundo contemporáneo y la libertad. «Hablar de belleza es hablar de algo que hace madurar a la persona, y soñar con la belleza es lo que permite crecer al ser humano». Non solo eso: «Nuestra época nos engaña con la libertad y nos la niega». El papa Benedicto XVI, citado por Carrón, afirma que el problema de Europa para hallar su propia identidad podría depender del hecho de que Europa tiene hoy “dos almas”. Por un lado está la razón abstracta, anti-histórica, que tiende a tener todo bajo control porque se siente superior a todas las culturas, quiere liberarse de todas las tradiciones y valores culturales para llegar a una racionalidad abstracta. Por otro, en Europa hay un alma que se puede llamar cristiana, que se abre a todo lo que es racional pero permanece apegada a las raíces que dieron origen a esta realidad, que la han construido sobre grandes valores y grandes intuiciones, siempre a partir de la fe.

Del concepto moderno de razón y de la superación de sus límites, así como de la libertad humana, Zanussi también “habló” en su película Cuerpo extraño, temas con los que se ha reencontrado en el libro de Carrón. Las disciplinas humanistas modernas, dijo, perciben el mundo como un edificio construido con piezas de Lego, donde todos los elementos se encajan como si el mundo «siguiera adelante sin el Misterio». En cambio, como decía Einstein, «quien no percibe el Misterio es ciego y sordo».

Al profesor Fiedor le plantearon una pregunta sobre el mundo académico y su naturaleza respecto a conceptos como “razón” y “conocimiento”. En las universidades polacas «nos olvidamos cada vez más de la tarea educativa. Se forma a los jóvenes de manera especializada y funcional, eliminando por tanto las materias aparentemente ajenas a una cierta especialización». Recientemente, sin embargo y «por fortuna», destacó Fiedor, se ha desatado una discusión sobre la necesidad de que la corriente “positivista” avance en paralelo con la reflexión normativa. «También hay que preguntarse el porqué y el cómo de las cosas, no solo el cuánto».

Última réplica para Siemieniewski sobre la situación y el camino de la Iglesia polaca y universal, sobre qué “belleza” puede iluminarla hoy. «La verdad atrae porque alguien la comunica», afirmó el obispo. «La verdad es anunciada por alguien, por una autoridad. La palabra autoridad deriva de augere, que significa hacer crecer algo. Este brillo de bondad y de belleza es lo que hace crecer». Y lo que hace que el encuentro siempre sea posible.